Las elecciones municipales en Córdoba, ahogadas por los festejos del prolífico mayo festivalero, siempre están condenadas a no tener el protagonismo que les corresponde. No se puede ir a las cruces ni a los patios a explicar el programa electoral y mucho menos hacerlo en la feria. Pero este año además tocan las elecciones europeas y ¡en qué momento!

Europa se encuentra en una situación de tránsito, o hacia un cambio profundo en sus estructuras o hacia la nada. No es posible que continuemos en el estado actual de incertidumbre sobre su composición, sin saber qué pasará con el brexit, con carencias evidentes en su funcionamiento y sufriendo un ataque desde dentro por parte de las fuerzas políticas de la extrema derecha, cada vez más fuertes, y del resto de potencias mundiales que aprovechan la situación que atravesamos para debilitarla al máximo. Una situación muy grave que el próximo día 26 se puede resolver, o agravar, en función del resultado que obtengan las fuerzas más reaccionarias y antieuropeas en la conformación del nuevo Parlamento. Y en un mundo globalizado sin Europa nosotros no somos nada. Eso es lo que está en juego, amortiguado por el ruido de la fiesta y de las elecciones locales. Por eso es necesario ser conscientes de la importancia del momento, tenemos que acudir a las urnas y apoyar a las fuerzas políticas que defiendan la cohesión social como instrumento para hacer más Europa, que es lo que nos interesa a nosotros.

De las municipales sí nos enteraremos algo más, conocemos a sus protagonistas, más o menos, nos los tropezamos en la calle y nos cuentan sus proyectos. Son de agradecer sus buenas intenciones, algunas coinciden con nuestras necesidades y con las peticiones que hemos hecho para mejorar nuestro entorno. Conviene ser exigente y no dejarse llevar por promesas exageradas. Por ejemplo, los que prometen mejorar la situación de desempleo, no es posible hacerlo desde el Ayuntamiento porque no tiene competencias ni mecanismos para hacerlo. Desconfiad también de los que prometen bajar los impuestos, pues las arcas municipales siempre están al mínimo y si bajan impuestos algo se queda sin hacer o se hace mal. El otro día alguien proponía reducir concejales. No se puede, había que modificar leyes que escapan a la competencia municipal. Son los que les estorba que el pueblo esté representado. Aconsejo, desde la experiencia, escuchar a quienes prometan trabajar por la ciudad contando con los ciudadanos, es la mejor manera de construir una sociedad sostenible y sin exclusiones. Y que nos digan cómo se financian los proyectos. Las cuentas claras desde el principio.

* Exalcalde de Córdoba