Pedro Sánchez lo ha logrado. Su travesía por el desierto le ha conducido a un éxito sin precedentes, porque ha conseguido resucitar a un PSOE moribundo y convertir la moción de censura contra Rajoy en un impulso definitivo que ahora le permitirá seguir siendo presidente del Gobierno español. Sin embargo, Pablo Casado, su contrafigura, pasó ayer una noche amarga, terrible. Mientras los socialistas vuelven a ser la primera fuerza política (123 diputados, 38 más que en 2016) con presencia en la práctica totalidad del territorio español, el PP se derrumba de manera estrepitosa (66 escaños, ¡71 menos que en el anterior Congreso!) y deja de ser significativo en Cataluña o el País Vasco. Cs (57 diputados, 31 más) se le ha subido a las barbas, Vox (que irrumpe en la Cámara con 24 diputados) sigue acosándole por la derecha. Una catástrofe sin paliativos.

Todos los argumentarios manejados por las derechas durante la campaña se estrellaron primero contra la gran participación, que se aproximó al 76%, y luego contra la fórmula d’Hondt, que penaliza la división.

A lo largo de la jornada, la afluencia a los colegios electorales fue marcando índices muy altos. En Cataluña se batían récords. Era un primer indicador de que las izquierdas y los nacionalistas periféricos se estaban movilizando y las denostadas encuestas podían reflejar por esta vez la realidad. De hecho, las tendencias recogidas por el CIS de Tezanos iban a concretarse durante el recuento... plasmando además los puntos de las horquillas más favorables al PSOE y los peores para el PP. En esta formación, cuyo líder reaccionó sin perder los nervios, los ajustes de cuentas internos serán inevitables.

Ciudadanos, otro ganador

No solo ha ganado el PSOE; Ciudadanos, también. Está casi a la altura del PP, en condiciones para proponerse como el nuevo y definitivo centroderecha. Con el PSOE suma una amplísima mayoría absoluta, lo cual crea una interesante situación que sin duda hará tambalearse el cordón sanitario anti-Sánchez.

Las tres derechas, que suman un 43% de los votos, se han quedado muy lejos de sumar mayoría absoluta. Vox, cuyas expectativas se habían disparado en los últimos días, no desbordó finalmente los pronósticos y el número de diputados que le adjudicaban las encuestas, de las que los de Abascal, subidos a la parra, se reían en los foros de internet.

Pedro Sánchez saluda a los militantes socialistas, anoche en la sede de Ferraz. DAVID CASTRO

Hay algo que, cuando menos, debería hacer reflexionar a los de Rivera: los nacionalistas de la periferia también rubricaron magníficos resultados: Esquerra (15 diputados), PNV (6), Bildu (4) e incluso JxCat (7) y otros grupos. Hay asimismo un diputado de izquierdas pero independiente por Melilla. otro del partido de Revilla, dos canarios... España, guste o no, es plural y dispone de instrumentos democráticos que así lo dejan claro. La pretensión de que existe una sola y obligada manera de entender el patriotismo debe dejar paso a un criterio más abierto, a un diálogo constructivo y a un sentimiento democrático, social y europeista. No queda otro remedio.

¿Que hará Casado? Esa es una de las grandes incógnitas, porque el tropiezo ha sido tan monumental que la sede de Génova se sumió, conforme avanzaba la noche, en una espesa oscuridad. El joven líder que llegó anunciando el retorno de la derecha «sin complejos» ha dejado a su partido colgado sobre el abismo de la desaparición. Lo lógico sería que dimitiese. Porque, si bien él mismo advirtió que no abandonaría aunque fuera derrotado en las urnas, en aquel momento no podía prever la magnitud final de su fracaso.

El sino de Unidas Podemos

Podemos ha retrocedido mucho (42 escaños, 15 menos). No tanto, quizás, como se preveía cuando fueron convocadas las elecciones; pero sí de forma evidente. Iglesias, en su retorno, ha intentado evitar que se cierre aquella ventana de oportunidad que ni él ni su equipo supieron aprovechar. No lo ha logrado del todo.

La formación de la izquierda alternativa sale viva de una encrucijada que se le presentaba muy difícil. Pero ahora tendrá que manejarse y manejar las negociaciones con el PSOE con cuidado, sentido de la realidad e inteligencia política.

Congreso caleidoscópico

Con estos resultados, el nuevo Congreso aparece como un caleidoscopio que exigirá mucho del futuro Ejecutivo. La oposición conservadora, muy escamada tras la derrota de ayer, se empleará a fondo.

Pero el PSOE ha logrado también la mayoría absoluta en el Senado (que, por cierto, es la Cámara que aprueba la aplicación del 155), ha ganado las elecciones valencianas y sale muy fortalecido ante el 26-M. Habló el pueblo.