Todas las elecciones son decisivas por la importancia de lo que nos jugamos. No hay elecciones irrelevantes. Sin embargo, hay elecciones especiales, bien por las circunstancias en las que se producen (las del 82 o las del 2011) o porque determinan una nueva forma de hacer política (las del 79 o las del 96).

Estas pertenecen a la categoría de las que cambian la forma de hacer política. No solo porque hay cuatro partidos principales con opciones, sino porque son las primeras en las que algunos candidatos no son hijos de los partidos, sino de las televisiones.

Antes, los partidos parían líderes y los medios, los periódicos, los hacían crecer. Lo nuevo es que las televisiones están pariendo líderes. Más aún, un grupo mediático ha fabricado líderes de distinta ideología de tal forma que el debate político y todos los productos derivados (de tertulias hasta programas de entretenimiento) son una producción televisiva.

No es ya que una televisión apoye una opción política, es que un grupo mediático tiene dos televisiones que apoyan a opciones políticas diferentes. El debate electoral y político se ha hecho un debate de tertulianos televisivos. La televisión es la nueva plaza pública.

Estas elecciones cambiarán la forma de hacer política. La banalizarán. Nadie es capaz de hacer hoy un discurso político de más de veinte minutos. Ya no se dialoga de política, se debate.

Porque la profundidad aburre, el acuerdo no da morbo. Los discursos son un conjunto de tuits y no una argumentación. Los temas no vendrán determinados por una lógica de gobierno, sino por los trending-topics. Los debates serán una tertulia de chismes. Los líderes serán fotogénicos, superficiales, rápidos de respuesta, simpáticos. Todo por el "share" y no por la calidad de las leyes.

Estas elecciones son diferentes porque estamos sustituyendo la plaza pública por un grupo mediático y escogiendo contertulios y no parlamentarios. La política española será diferente después de estas elecciones. Lo que no estoy seguro es que vaya a ser mejor, ni más democrática.