Ves a la señora Díaz y su chaqueta roja y podría ser la que viene este año a cantar en la caseta municipal, o la que te ofrece un seguro de vida más barato, quizás la nueva secretaria del Ayuntamiento, en fin, tu recién estrenada cuñada tras el divorcio de tu hermano. Susana Díaz y su partido han conseguido confundirse con el paisaje de tal modo que ya son indetectables, se transmutan en cualquier forma cercana, están a medio camino entre Zelig y Mortadelo, te los encuentras por aquí y por allí y no lo sabes, porque son la realidad misma, incuestionable. Al final los significantes vacíos son los otros.

El cartel de Adelante Andalucía es otra cosa. Antonio Maíllo y Teresa Rodríguez son sin duda la oferta electoral más completa, en la imagen vemos una propuesta colectiva, con la experiencia, la honradez, la claridad y el equilibrio de uno, y la frescura, arrojo y determinación de la otra. Además dan bien, hay química, y permiten ese planteamiento del cartel tan idealista, de imágenes blancas, oníricas y corales. Tanto, que quizás se les haya ido la mano y la cosa ya inquieta de idealismo y pureza. A mí, la verdad, me cuesta ver esas prendas de blanco impoluto y no reconocer al carnicero de mi barrio, todo manchado de gotas de sangre de tanto despiece.

Ciudadanos tiene el cartel más feo y a la vez el mejor. Esos amigos de clase media (otro significante vacío) pasando el domingo de turismo cultural/monumental y haciéndose un selfie en la calle San Basilio a la salida del restaurante es un tratado de sociología de la Andalucía en la que andamos. La tipografía es fea a rabiar pero eso hace a la imagen mimetizarse bien en el paisaje de las redes sociales. Esa foto desenfadada, pretendidamente natural y culta es el cénit del cuñadismo bien entendido (otro más).

Yo la verdad es que al PP-A no lo entiendo, así que lo que aquí diga servirá de poco. Esto de ofrecernos la cabeza de Juanma Moreno sobrevolando las nuestras durante toda la campaña tiene algo de premonitorio. Me la he encontrado varias veces en marquesinas y me he asustado, es una aparición inquietante, parece que de pronto va a arrancar a hablar, esa cabeza separada de cuerpo alguno, un ente que vaga sin rumbo intentando comunicarse con nosotros para librarse de su condena. Pues lo siento, pero creo que esta vez también va a ser que no.

Y después está EQUO. Poco decir de sus carteles llenos de palabras, solo que creo que tienen razón.

* Sociólogo del IESA-CSIC