Especialista en debates y quizá el más preparado de Córdoba técnicamente en ese campo. De hecho come de ello. Su profesión es enseñar a debatir, valga la simplificación de sus facetas como profesor y por su empresa de servicios y asesoramiento electoral.

-¿Ansioso por debatir, ahora, en el Parlamento andaluz?

-Espero que contribuyamos al debate de una forma constructiva. Porque los debates tienen que ser constructivos, sobre todo cuando estás en la casa de la palabra, en el Parlamento, que representa el conjunto de toda la ciudadanía. Ahí tienes que demostrar respeto: para todos los representantes de los ciudadanos, para las ideas, para las formas... Esa es una máxima que llevo a gala y que quiero llevar con orgullo y dignidad al Parlamento. Queremos debates que aporten, que construyan, no que destruyan.

-Pues tiene que estar pasándolo mal viendo algunas cosas en parlamentos que… tienen narices.

-Tenemos que elevar el nivel de la política porque no estamos a la altura de los representados. Cuando dentro de 50 o 100 años las siguientes generaciones lean los libros de historia, lean los diarios de sesiones y los debates actuales, pues seguramente nos avergonzarían algunos espectáculos que estamos dando. La política no es enfrentar personas, la política es confrontar ideas. La política es argumentar hechos y argumentar posiciones, no destruir al adversario. Es contrastar las ideas y demostrar que las tuyas son más eficaces y más pertinentes para un momento determinado. Y más actualmente en España y en el conjunto de Europa, que están ante un momento crítico porque los populismos y los nacionalismos están, precisamente, llegando a la política para enfangarla. No para resolver los problemas, sino para crear problemas, enfrentarnos, abrir heridas… Y eso es muy peligroso.

-Pues empecemos. Si tuviera que debatir con Susana Díaz, dígame uno y solo un tema del que quisiera discutir.

-La educación.

-Ni ha dudado.

-No. La educación es el pasado presente y futuro de una sociedad. Sin educación una sociedad nunca va a ser rica, ni tendrá futuro. Sin educación ningún país prospera. Es el pilar fundamental sobre el que se deben dirigir las políticas. Cuando un país está formado, puede hacer lo que quiera, conseguir lo que quiera, aspirar a lo que quiera. A Díaz comenzaría preguntándole por qué después de 40 años de que su partido lleve gobernando Andalucía no le importa la educación.

-Sigamos con el ejercicio. ¿Y al PP? Elija un solo tema del que le gustaría debatir.

-Preguntaría por qué cada día siguen saliendo casos de corrupción. Por qué no se regeneran, Por qué no se limpian. Por qué no se dan cuenta de que su momento, como en el caso del PSOE, ya ha pasado. Es cierto que en su día representaron la voluntad de millones de españoles y andaluces, pero eso va a menos. Ahora, ¿por qué se resisten a expulsar a los que están imputados de corrupción en su partido?

-Concluyamos con Adelante Andalucía. ¿De qué tema debatiría?

-(Duda).

-¿Le es más difícil?

-Sí. Tendría muchos. Quizá preguntaría: «¿vosotros habéis venido a mejorar la vida de la gente o esperáis que la gente mejore vuestras vidas?» Porque… ¿por qué defendéis cosas en España que no defendéis en otros países?

-Cambiando de tercio, ¿cómo va la campaña? ¿Cansa, no?

-Ni mucho menos. Si la campaña durase más sería fatal para Susana Díaz porque cada vez se notan más sus deficiencias. De todas formas, nosotros llevamos meses trabajando, mirando a la gente a la cara. En 15 días no puedes demostrar ni enseñar nada, en ese tiempo lo que puedes es prometer ilusamente. Mire al PSOE, ahora promete hacer lo que no ha hecho en 4, en 8, en 40 años… En esta campaña hay dos modelos, el del conformismo y la resignación y un modelo de ilusión, de esperanza, de valentía ante el futuro.

-Ciudadanos y Podemos, como partidos relativamente nuevos, han comenzado con una implantación eminentemente urbana. Lo digo porque ha sorprendido en la campaña el despliegue que están realizando en los pueblos.

-Ya dijimos que estaríamos en los 77 municipios de la provincia, algo que no logrará el PP ni el PSOE. Pero no es electoralismo. Los pueblos son el corazón de España, el corazón de Andalucía. No se pueden abandonar a los pueblos porque aportan una riqueza, una diversidad y una pluralidad que es lo que hace que Andalucía sea lo que es. Si te olvidas de los pueblos, te olvidas del país, y eso es lo que está pasando ahora mismo en Andalucía.

-Respóndame a tres ‘maldades’ que he oído en esta campaña desde diferentes partidos, aunque no le voy a decir cuál. Primera: ustedes están haciendo la campaña del sofá: no moverse y dejar que los demás fracasen.

-Pues este es el partido que más se ha movido en los últimos años en España. Todos los días. Pero avanzando, no mirando por el retrovisor y con el freno echado. Se está hablando con todos los colectivos, tenemos propuestas para cada uno de ellos y hay programas muy concretos. Nosotros no queremos contemplar Andalucía desde una pantalla de televisión o de un Smartphone, la sentimos y analizamos desde la calle. No hay otro partido que esté siendo más activo y proactivo.

-Otra ‘maldad’ desde un segundo partido. Dicen que no vienen a apoyarles sus líderes nacionales porque les hacen perder votos.

-Pues tampoco. Ahí están Albert Rivera, Arrimadas… Yo lo veo al revés, hay otros partidos que consideran que Andalucía es un banco de pruebas para sus propósitos nacionales y otros en los que no bajan sus líderes porque no pueden ni ver a la que manda aquí, que también tiene vergüenza con el pacto que tienen en Madrid con los nacionalistas. Algo parecido al señor Casado, que sabe que su candidato no le votó en las primarias y, por tanto, se lo quiere quitar del medio a las primeras de cambio. Nosotros estamos encantados cuando vienen nuestros compañeros porque decimos lo mismo en Córdoba que en Sevilla, Bilbao o Madrid. No tenemos miedo de mirarle a un compañero a la cara porque estamos en el mismo bando.

-Última puya: en un acto de precampaña se dijo que «nos os preocupéis por las derechas, no van a ganar». Como fue un evento público, sí le digo que fue Antonio Maíllo.

-Pues yo le diría que espere a la auténtica encuesta, la del 2-D, en la que hablarán los andaluces. Y a partir de ahí veremos si el señor Maíllo tiene razón junto a su proyecto para Andalucía, que es del siglo XIX y un proyecto de enfrentamiento entre los andaluces, de pobreza, de miseria, de estancamiento…irrealizable en la Europa del siglo XXI.

-Voy a ser el único periodista que no va a preguntar por pactos post-electorales.

-(Ríe).

-Bueno, no. Me arrepiento. Hábleme de pactos.

-Hombre, nosotros lo que buscamos es la confianza de los andaluces para liderar un gobierno alternativo nuevo, y si luego hay partidos que quieran apoyar ese cambio, ese gobierno nuevo y esa nueva alternativa, nosotros estamos dispuestos a escucharles. Somos un partido responsable, de consenso y que se sienta con todos. Pero la pregunta que me parece más relevante esta campaña es: ¿se echará Susana Díaz en brazos de los populistas?, ¿o dejará ese cambio en manos de los que tenemos una idea mucho más moderna de Andalucía o impedirá ese cambio? Si tanto quiere a Andalucía, que se eche a un lado.