Reportaje
Zalima, 60 años formando futuro
El centro cordobés celebra seis décadas de historia reafirmando su compromiso con una educación centrada en la persona, la excelencia y la innovación y adaptabilidad a los constantes cambios educativos y sociales, formando generaciones de profesionales preparados para transformar su entorno

Zalima tiene matriculados unos 400 alumnos durante este curso. | CÓRDOBA
En pleno centro de Córdoba, hay un centro educativo en el que cada estudiante no solo aprende una profesión, sino también a ser persona. Entre aulas que han visto crecer a generaciones de jóvenes, pasillos llenos de proyectos y sonrisas que se repiten de una década a otra, el Centro Zalima cumple 60 años. Aquí, la educación no se mide solo en títulos, sino en el impacto que deja en quienes pasan por sus aulas. «Nuestro sello está en la calidad humana y en la excelencia profesional», asegura Aguas Santas López, directora del centro, recordando cómo, desde 1964, Zalima ha sido pionero en abrir oportunidades para la formación profesional de la mujer y, hoy, de todo el alumnado.
Desde sus inicios, Zalima ha buscado algo más que enseñar una profesión. «Siempre se ha dicho que podemos estar muy bien formados académicamente, pero luego la calidad, el saber hacer y el saber estar. Eso desde los inicios del centro es algo que va de la mano», comenta la directora. Esa filosofía ha guiado cada etapa de la historia del centro, que ha incorporado nuevas metodologías, tecnologías y programas internacionales como Erasmus o la FP Dual, adaptándose siempre a las necesidades de la sociedad y el mercado laboral.

Alumnado del centro, durante el tercer Torneo de Debate de Zalima. / CÓRDOBA
Compromiso
«El trabajo bien hecho, el acompañamiento personal y la profesionalidad del equipo docente, la formación de talento y la cercanía. Todo eso son cosas que no nos podemos olvidar», valora Aguas Santas López. Esta visión, centrada en la persona, se combina con un compromiso constante con la excelencia profesional, que se refleja en la preparación rigurosa de cada estudiante y en la calidad de la enseñanza.
Actualmente, Zalima acoge a más de 400 estudiantes, que se reparten en dos turnos, el de la mañana y el de la tarde, para poder responder a la alta demanda. Este centro ofrece ciclos formativos de Administración y Finanzas, Integración Social y Educación Infantil, así como de Comercio y Marketing, todos con una alta tasa de empleabilidad. Su orientación a la inserción laboral se refleja en un porcentaje que ronda el 75-82% y en más de 250 convenios con empresas de toda la provincia. «Un centro educativo tiene que ir de la mano de la empresa. Porque viendo y haciendo es como aprendemos», subraya la directora, explicando cómo la formación práctica y los programas de excelencia profesional enriquecen el currículo del alumnado y lo prepara para un entorno profesional cada vez más cambiante.

En las clases se fomenta la participación del alumnado.
Modelo educativo
El modelo educativo de Zalima también pone un fuerte énfasis en los valores humanos. «Los empresarios nos dicen que se nota la calidad humana y el sello Zalima en nuestro alumnado», comenta la directora. «Miran a los ojos cuando hablan, son serviciales, rectifican cuando se equivocan y eso se ve reflejado en la manera de trabajar». Todo ello viene de la atención personalizada y el acompañamiento cercano que reciben durante sus años en Zalima, detalles que, además, son lo que más destacan como positivo y les deja huella a quienes allí estudian.
Pero esto no es lo único en lo que destaca Zalima, y es que desde su origen, han sido un centro pionero en fomentar el papel de la mujer en la educación y el trabajo. «A lo largo de las décadas hemos contribuido a que la mujer asuma un papel activo, cualificado y transformador en todos los puestos, en todos los ámbitos», recalca Aguas Santas con orgullo. Ese legado, además, lo percibe en su vida en la ciudad, donde numerosas antiguas alumnas se le cruzan en la vida cotidiana con el recuerdo de su paso por el centro y el impacto de su formación.
Retos
Mirando al futuro, Zalima afronta nuevos retos: la digitalización, la inteligencia artificial, la evolución de los perfiles profesionales y la necesidad de reforzar la competencia comunicativa y valores personales. «Nuestro mayor reto es ayudar al alumnado a saber ser, saber estar y saber hacer», asegura la directora, quien imagina el centro en otros 60 años «más moderno, optimizando los espacios y con la misma vocación de formar personas y profesionales integrales».
La celebración de este 60 aniversario combina gratitud al pasado y mirada al futuro: «no podemos perder nuestra identidad. Reafirmamos nuestro compromiso con una educación centrada en la persona, con raíces sólidas y sin perder de vista el futuro», concluye la directora de Zalima, recordando que cada estudiante que pasa por Zalima lleva consigo no solo un título, sino también la experiencia y la confianza para empezar a construir su camino en la vida.
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