Entrevista | Lorenzo Martín Hidalgo Profesor de Matemáticas

«Cada vez hay más estudiantes que cursan el grado de Matemáticas»

El docente del IES Alhaken II, coordina junto a Juan Carlos Román Vázquez, la Yincana Matemática por Córdoba desde hace doce años

El profesor Lorenzo Martín Hidalgo.

El profesor Lorenzo Martín Hidalgo. / CÓRDOBA

Córdoba

-Como miembro de la organización de la Yincana Matemática por Córdoba, que se celebró la semana pasada, ¿qué impacto cree que tiene en el interés del alumnado por la materia?

-Cada año tenemos más alumnado que quiere participar. En este tipo de actividad, los que más disfrutan son aquellos a los que les gustan las matemáticas, pero no solo de trata de una prueba de matemáticas en la que tienen que aplicar en problemas in situ lo aprendido en clase. Lo fundamental es el trabajo en equipo, pero también conocer su ciudad, y además verlo bajo una perspectiva diferente. Aprenden curiosidades sobre la historia de nuestra ciudad, a orientarse con una plano..., etc. Después de tantas ediciones, están participando compañeros docentes que en su día participaron como alumnos.

-Desde su experiencia en el aula, ¿cree que hay una caída de las vocaciones matemáticas?

-Creo que no, cada vez hay más estudiantes que cursan el grado de matemáticas e incluso un doble grado con matemáticas, de hecho, este próximo curso tendremos en Córdoba el doble grado de Matemáticas y Filosofía. Basta ver la nota para acceder que es bastante alta. Entre los que somos licenciados en matemáticas comentamos que aquellos compañeros que eran frikis de las matemáticas, que eran verdaderos genios en la carrera pero que en las demás materias no eran demasiado brillantes por su poco interés, hoy en día difícilmente podrían cursar el grado al ser bastante alta la nota de corte. Lo que está pasando es que hay un descenso de los graduados que se dedican a la enseñanza. Por varios motivos, aunque cada persona tiene el suyo. En primer lugar, es que las empresas que siempre han buscado matemáticos, ahora necesitan a muchos más y ofrecen sueldos bastante más altos. También está ocurriendo que, el hecho de que no haya paro entre los matemáticos, lleva a muchos jóvenes a optar por esta titulación pero no por vocación hacia la docencia.

-¿Es un problema para la enseñanza que muchos graduados opten por la empresa privada?

-Cada vez somos menos matemáticos en los departamentos. El problema real no es que sea imprescindible ser matemático, pero que la persona que llegue tenga dominio suficiente de la materia, y en nuestro, caso unos conocimientos mínimos de las diferentes ramas de las matemáticas. Hace unos años, estuve de vocal en un tribunal y hablando con aspirantes que no pasaban el corte y comentaban la dificultad de los problemas, cuando les decía que entre los problemas propuestos los de probabilidad y estadística eran los más sencillos, te decían que esos directamente los ignoraban, ¿qué ocurre entonces cuando tengas que explicar esos contenidos?, ese es el verdadero problema que habría que solucionar. Tenemos compañeros ingenieros o arquitectos que son excelentes profesionales impartiendo docencia.

-En muchos colegios se está implantado el método ABN. ¿Qué opinión le merece?

-En los centros en los que he estado no lo he utilizado, pero por lo que he podido saber es muy útil en los primeros cursos de Primaria ya que permite más trabajar las operaciones y los contenidos de forma conceptual; lo que es fundamental para la resolución de problemas, pero en cursos más altos con operaciones más complicadas conviene volver al método tradicional. Yo lo utilizaría si diese clase en los primeros cursos de Primaria, incluso en Educación Infantil.

-¿Cómo trabaja con su alumnado para que vea la utilidad práctica de las matemáticas?

-Con problemas. Pero ocurren dos cosas, primero necesitamos aprender el lenguaje matemático y luego tenemos que hacer una adaptación de los problemas del mundo real, ya que su complejidad no es aplicable directamente en clase; suelen intervenir muchos factores y todos no se pueden tener en cuenta. Por eso, tienen la sensación de que estamos desconectados del mundo real. Las mayores dificultades que nos encontramos son la poca agilidad en comprensión lectora y la falta de sentido común, lo que está relacionado con la poca autonomía y madurez de nuestro alumnado en los temas de la vida real. También afecta el tema de la inmediatez, los quieren resolver sin ni siquiera parase a pensar, analizar la situación contemplar varias posibilidades de resolución.

-¿Qué cree que se podría hacer para fomentar mayor interés por las matemáticas desde edades tempranas?

-Es muy importante que cuando uno quiere transmitir una información, sea del tema que sea, que el oyente detecte que al ponente le gusta el tema, domina la materia y tiene recursos a la hora de resolver preguntas. Lo que está ocurriendo es que tenemos profesores que cuando eran alumnos tenían dificultades en matemáticas y mostraba cierto rechazo por la materia. Evidentemente, a la hora de transmitir no puede ser lo mismo que si el maestro o maestra disfruta de la materia. Ocurre lo mismo cuando a alguno de nosotros nos toca dar clase en diversificación curricular y tenemos que dar contenidos de biología, física o química, los contenidos nos los preparamos y los impartimos, pero estoy seguro de que no podemos hacerlo igual que un biólogo, un físico, o un químico; no podemos tener esa pasión que sí tenemos por las matemáticas para contagiar al alumnado. Desde mi punto de vista, el sistema anterior en el que existían maestros de ciencias y maestros de sociales, era más beneficioso para el alumnado. Por lo que creo que es un tema más de la administración que de los centros, los profesionales en el aula lo hacen como mejor saben.

-¿Qué matemático o matemática considera inspirador?

-Hay que decir que cuándo éramos estudiantes, por lo menos en mi caso, los contenidos raramente se complementaba con información acerca de los matemáticos que habían hecho descubrimientos. Después de las primeras ediciones de la yincana, se nos propuso publicar un libro para explicar en qué consistía y plantear problemas que se habían propuesto en años anteriores. En esa búsqueda de problemas, habíamos localizado en la calle Rey Heredia una placa que indicaba el lugar en el que había fallecido José María Rey y Heredia. Investigamos sobre él y descubrimos que en el siglo XIX había escrito una obra que trata sobre lo que hoy conocemos como números complejos. Nadie nos dijo cuando nos lo explicaron en clase que un cordobés del siglo XIX había escrito un libro sobre ellos.

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