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Reportaje

La música, camino hacia la inclusión

El conservatorio Músico Ziryab impulsa ‘Musintégrate’, un programa que adapta la enseñanza musical a alumnos con necesidades especiales, demostrando que este arte es una herramienta transformadora que fomenta el acceso a este conocimiento artístico, el crecimiento personal y el desarrollo de un sentido de comunidad en cada nota del aprendizaje

Actuación de los alumnos del programa ‘Musintégrate’ el pasado diciembre en el hospital Reina Sofía.

Actuación de los alumnos del programa ‘Musintégrate’ el pasado diciembre en el hospital Reina Sofía. / A.J. GONZÁLEZ

Córdoba

En el conservatorio profesional de música de Córdoba Músico Ziryab la enseñanza musical va más allá de la formación artística. Desde hace un tiempo, este centro ha apostado por la inclusión a través del programa Musintégrate, una iniciativa que permite a alumnado con necesidades educativas especiales acceder a estudios musicales adaptados a sus capacidades y ritmos de aprendizaje.

Juan José Cosano, director de este conservatorio, explica que el programa busca ofrecer una enseñanza musical personalizada, dirigida a estudiantes con síndrome de Down, autismo, TDAH y otras condiciones que requieran de una adaptación curricular significativa. «El alumnado que participa en el programa nos ofrece y nos aporta mucho, más de lo que nosotros le aportamos», afirma, subrayando el impacto positivo de esta manera de inclusión en las enseñanzas artísticas.

Actualmente, la administración educativa andaluza destina cuatro vacantes por centro para el programa Musintégrate, una cifra que Cosano considera insuficiente: «para un centro como el nuestro, que tiene prácticamente 1.400 alumnos y que se encuentra ubicado en una ciudad como la nuestra, es totalmente insuficiente». La dirección del conservatorio ya ha solicitado la ampliación de plazas para atender la creciente demanda de estas necesarias enseñanzas inclusivas.

La formación del profesorado es otros de los desafíos del programa. No existen cursos específicos para enseñar música a este alumnado, por lo que los docentes deben enfrentarse a cada situación con vocación, creatividad y apoyo mutuo. «No existe actualmente ninguna formación específica para atender a este alumnado, por lo que el profesorado debe enfrentarse a las diferentes situaciones partiendo de cero», resalta Cosano, destacando el esfuerzo y la dedicación de los docentes que participan en el proyecto, que además es voluntario. Y es que Musintégrate no solo enseña a tocar un instrumento o leer partituras. Su verdadero valor radica en el impacto emocional y social que genera en los estudiantes. La música se convierte en una vía de expresión, un estímulo para su desarrollo y una fuente de felicidad. El director del conservatorio lo resume con una imagen clara: «las expresiones de alegría y felicidad que impregnan a cada alumno y a cada profesor».

Musintégrate es el claro ejemplo de cómo la música puede ser un motor de inclusión, aprendizaje y transformación. Es un puente hacia la emoción, la creatividad y la igualdad de oportunidades en todos los ámbitos, también el artístico. En cada nota, en cada acorde, estos alumnos encuentran una forma de expresarse, de conectar con los demás y de descubrir su propio ritmo en el mundo. En la provincia el programa Musíntegrate se oferta, además de en la capital, en los conservatorios de Lucena, Priego, Montoro y Pozoblanco, estando contempladas 4 plazas para cada centro.

Limitación para ofertar plazas de nuevos instrumentos

El conservatorio profesional de música Músico Ziryab no solo está teniendo limitaciones, en cuanto a las pocas plazas ofertadas para el programa Musintégrate y su necesidad de ampliación de las mismas, ya que también ha tenido que renunciar, de momento, a ampliar la enseñanza de nuevos instrumentos para el alumnado en general debido a la falta de espacio. La última incorporación fue la especialidad de cante flamenco, y aunque les gustaría ofrecer más disciplinas, la infraestructura actual no lo permite. «La única solución al respecto sería la ampliación de las instalaciones», plantea su director, Juan José Cosano, aunque reconoce que es un reto complicado por los costes y recursos que esto implica. Aún así, es algo que desde el conservatorio profesional de música de Córdoba siguen y seguirán demandando y que esperan que con el tiempo tenga igualmente algún tipo de solución. 

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