REPORTAJE

Una casa para reforzar los estudios

La Fundación Marcelino Champagnat realiza proyectos socioeducativos en el barrio de la Fuensanta | Más de 200 escolares han pasado por sus ‘Tardes con estructura’

Escolares de la Fuensanta. Un momento de las ‘Tardes con estructura’ de la Fundación M. Champagnat.

Escolares de la Fuensanta. Un momento de las ‘Tardes con estructura’ de la Fundación M. Champagnat. / CÓRDOBA

VÍCTOR RH

Los escolares de la Fuensanta tienen una amplia oferta de centros educativos en su entorno. Fuera del horario lectivo, también cuentan con un lugar en el que seguir con sus estudios.

Se trata, concretamente, del programa Tardes con estructura, un proyecto de atención socioeducativa desarrollado por la Fundación Marcelino Champagnat a través del que niños, niñas, adolescentes y jóvenes de entre 5 y 17 años reciben refuerzo educativo, apoyo para realizar las tareas del colegio y demás tipos de acompañamiento escolar.

«Acogemos a alumnos de Primaria y de la ESO y nuestro programa se lleva a cabo de lunes a jueves en horario de 17 a 20 horas. Actualmente, hay más de 40 usuarios y, desde que arrancó la iniciativa, allá por 2017, han pasado por aquí más de 200 estudiantes», explica Raúl Fernández, coordinador de la fundación en Córdoba.

Este plan de atención socioeducativa impulsado por la Fundación Marcelino Champagnat se lleva a cabo en instalaciones de la parroquia Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta y, en la actualidad, está financiado por el Área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Córdoba. En él participan una psicóloga, dos educadores sociales y una veintena de voluntarios.

Según detalla Fernández, el trabajo habitual es por grupos de edad, ya que se suelen dividir las ‘clases’ de 1º a 3º de Primaria, de 4º a 6º y toda la Secundaria en otro grupo. «Se trabaja en un ambiente distendido, parecido al de una biblioteca pero donde se puede charlar, preguntar dudas, etc… Los educadores y los voluntarios están pendientes de los chicos para que completen sus tareas, estudien, comprendan las materias… pero no sólo es eso, también se les atiende en el plano personal siempre y cuando desde nuestro equipo se les pueda ayudar».

La actividad se lleva a cabo gracias a dos educadores, una psicóloga y muchos voluntarios

El objetivo principal es el refuerzo escolar pero, de forma transversal, se trabajan muchas más cosas que lo puramente educativo-formativo. «Aquí no sólo hacen tareas, se les escucha, se les apoya y se les refuerza en sus habilidades y destrezas con la intención de dotarlo de recursos para afrontar las dificultades», añaden desde la fundación.

Álex Rodríguez, educador social que supervisa las Tardes con estructura, define este proyecto como «el estandarte» de su actividad, una prioridad que han conseguido mantener incluso si ha faltado apoyo institucional, con la apuesta firme de la fundación y con el esfuerzo y la dedicación de los trabajadores y voluntarios.

«El día a día es un continuo aprendizaje y adaptación a las circunstancias de estos escolares»

«Nunca se nos ha pasado por la cabeza privar al barrio de este servicio», comenta Álex, que recuerda como hasta en pandemia hicieron una atención virtual y cada escolar tenía un voluntario asignado para seguir atendiéndolo.

«Lo primero que les aporta a estos chavales es una casa. Ellos vienen y las familias los animan a venir. Aquí se encuentran cómodos, estudian y la mayoría de ellos, que llevan mucho tiempo, se sienten bien, saben cómo funcionamos y se expresan con libertad. Es como una casa, con todo lo que conlleva: confianza, espacio seguro, apoyo, consejo...»

Muchos colegios

La procedencia de los usuarios es diversa, ya que tienen escolares de los centros educativos de todo el barrio de la Fuensanta: de los colegios de Santuario, Fernán Pérez de Oliva, Alcalde Jiménez Ruiz, Algafequi y también de los más grandes como pueden ser Maristas Cervantes o el IES Fuensanta, entre otros.

En este sentido, hay un seguimiento y contacto con los centros escolares de los estudiantes, y se llegan a producir tutorías conjuntas para señalar dónde hay que hacer más hincapié con ellos: lectoescritura, comprensión lectora, cálculo, etc…

Los Servicios Sociales de la zona también derivan familias a las que creen que les puede venir bien que los menores acudan allí. «Recibimos también alumnado de centros de menores Beatriz Enríquez y Juan de Mairena. Es un medio de que no estén aislados y socialicen, ya que son menores que han sufrido las medidas judiciales aplicadas a sus familias. Les viene bien estar en grupos de iguales, cambiar y adaptarse a otros ambientes».

En definitiva, los responsables de la Fundación Marcelino Champagnat valoran el proyecto, pues su vocación es trabajar con niños y jóvenes. «Como educadores, intentamos que reconecten con el sistema educativo. El día a día es un aprendizaje continuo y un permanente proceso de renovación y adaptación a las circunstancias de estos escolares. Es un trabajo muy bonito y tanto a nosotros como a los voluntarios nos enriquece».

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