Las Olimpiadas del CEIP Obispo Osio forman parte del ADN de este centro como demuestra el hecho de que este curso llegan a su 36ª edición. Esta actividad se enmarca dentro de la campaña de Prevención de Absentismo Escolar, que coordina el Equipo de Orientación Educativa de la zona de Moreras, perteneciente a la delegación municipal de educación. Pero la importancia de la cita va más allá del mero día en el que todos los alumnos compiten en diferentes modalidades deportivas. También se busca potenciar el juego limpio. Desde varias semanas antes los maestros de educación física van preparando a los chicos para competir, descubrir sus límites, festejar los triunfos y aceptar las derrotas. Y para hacer del deporte el hilo conductor desde el cual trabajar los valores del deporte y del olimpismo.

En el Obispo Osio se trabajan cinco claves para llegar a ser un buen deportista: juego limpio, trabajo y esfuerzo, compañerismo, superación y hábitos saludables. Y tan -o más- importante es cumplir con estos principios cómo ganar una medalla. En este sentido, como apunta el jefe de estudios de este centro, Antonio Osio, « los tutores y equipos docentes eligen a niños que merezcan ser reconocidos por su trabajo en torno a estas máximas de los buenos deportistas y de las buenas personas».

Este año el eje conductor en torno al cual se han diseñado las unidades integradas ha sido Juego Limpio, Fair Play, Cero Insultos en el Deporte. Y es de esta manera como las olimpiadas en el Osio se convierten en un trabajo interdisciplinar, «desde todas las áreas y todos los programas que se desarrollan en el centro se trabajan contenidos relacionados con el tema elegido», subraya Osio.

Quizás una de las características más relevantes en el desarrollo de este proyecto olímpico es la unidad y el trabajo colaborativo de toda la comunidad educativa, en el más amplio sentido de la palabra: equipo directivo, claustro de maestros, Equipo de Orientación Educativa, personal del Ayuntamiento de Córdoba, servicios sociales, Imdeco, delegación de educación, familias, y otras instituciones, «ponen su granito de arena para que nuestros pequeños puedan disfrutar de sus esperadas olimpiadas».

Esfuerzo, nervios, ilusión, sacrificio, decepción, compañerismo, diversión, éxito... todas esas sensaciones tienen cabida en esta jornada tan especial como esperada. Para el jefe de estudios es «un cúmulo de vivencias y de sensaciones que embriaga a todos los asistentes». Ver a todo el alumnado vistiendo las camisetas conmemorativas que desde servicios sociales y prevención de absentismo les regalan es «una maravilla», observar como los que han logrado la victoria levantan los brazos al recibir las medallas es «un lujo». A juicio del coordinador del evento, «todos los que de una manera u otra nos involucramos en esto tenemos la certeza que cuando pasen muchos años los chicos y chicas del Osio recordarán de manera muy especial estas olimpiadas». Todo eso y mucho más es lo que les hace seguir trabajando para que las Olimpiadas del Osio sigan celebrándose año tras año.