La pasada semana estuvo dando unas charlas en el IES Averroes. La matemáticas, como bien sabe, no son santo de devoción de muchos. Cómo aborda usted esta cuestión, es decir, de qué le habla a su público para despertar ese interés por las ciencias exactas.

Pues les hablo de matemáticas. No solo los estudiantes sino también otras personas ajenas al mundo de las matemáticas las tienen asociadas con hacer una sucesión de cuentas, muchos cálculos y bueno, eso es parte de las matemáticas pero también es parte de la física, todo el mundo hace cuentas. Yo lo que hago es intentar mostrarles que las matemáticas se parecen más a un juego de detectives en la que los matemáticos, cuando queremos resolver un problema, miramos la escena de un crimen y tratamos de encontrar pistas que nos ayuden a resolverlo.

¿Pero por qué tienen las matemáticas esa mala fama?

Por muchas razones. La primera es de tipo social. Hay ansiedad hacia las matemáticas. Yo me encuentro cuando doy charlas que muchas personas tienen miedo y que cuando intentas decirle algo la primera reacción es de rechazo porque se consideran torpes, que no se van a enterar y no es cierto, al final siempre se enteran y, lo más importante para mí y por eso sigo, es que siempre sonríen. Sobre todo hay que dejar de transmitir esa ansiedad social por las matemáticas a los niños.

¿Todos podemos abordar las matemáticas sin temor a sentirnos superados por ellas?

Claro pero depende del nivel. Es como el tenis, todos podemos jugar pero no al nivel de Nadal. Las matemáticas hasta 3º o 4º de la ESO son asequibles para todos si las clases son adecuadas, y me refiero a la ratio excesiva. A partir de Bachillerato se vuelven más abstractas y hace falta aptitud para seguir avanzando.

Acaba de sacar un libro. ¿Qué nos cuenta en él?

Se llama En busca del Grafo perdido. Matemáticas con puntos y rayas y habla de unos objetos matemáticos que uso en la universidad pero que mi experiencia como divulgadora en centros escolares me ha hecho ver que se pueden usar también con niños. Hacer un problema sobre grafos se parece más a hacer un problema sobre matemáticas que a hacer una división con dos cifras. Para usarlos solo hace falta tener curiosidad.