Desde el inicio del estado de alarma en marzo del año pasado, la tasa de paro entre los menores de 25 años en España ha alcanzado el 40,7% según los datos de los tres últimos trimestres de la Encuesta de Población Activa (EPA). Con más desempleo y mayores dificultades para seguir una formación presencial debido a las restricciones de la pandemia, otra consecuencia directa de pandemia está siendo el aumento de los jóvenes que ni estudian ni trabajan.

Según los últimos datos publicados por la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), en el tercer trimestre del 2020 había en España 1,33 millones de ellos. Esto es, 257.000 más que el año anterior (+4%). En una época de incertidumbre económica, la FP se postula como una bisagra para el acceso al empleo a corto plazo. Una herramienta básica para hacer frente a las consecuencias del desempleo que traerá la pandemia de covid.

Según el Informe anual sobre el estado de la Formación Profesional en España, elaborado por la Fundación Bankia para la Formación Dual, ya en 2019 la tasa de ocupación de los titulados en FP de Grado Medio se situó en el 64,1% y la de FP de Grado Superior en un 71,8%. Ambas superaban la media general, que se quedó en un 50,4%. Y es que la demanda de titulados en FP no deja de subir.