Calabazas terroríficas, esqueletos, brujas y monstruos arrasan el día dedicado a recordar a aquellos que no están. Halloween, una fiesta que tiene su orígen en Estados Unidos y Canadá, gana adeptos y ya se celebra en España con el mismo ímpetu que en los países angloparlantes.

En los centros educativos también es tendencia esta tradición más comercial que simbólica y que cala con facilidad entre los más pequeños y jóvenes. Hay colegios como el Obispo Osio que han aprovechado la ocasión y han hecho coincidir la inauguración de su biblioteca con dicha celebración. El alumnado de 6º de Primaria llevó a cabo una representación de un teatro en inglés sobre una bruja, realizado con sombras de material fluorescente, y que mantuvo atentos y aterrorizados a todos los presentes. En el CEIP Albolafia centraron las actividades en la fiesta mexicana del Día de Muertos. También aquí la dinámica se coordinó desde el Plan de Biblioteca, decorándola con papel picado y pintura de calaveras. Para la ocasión, se preparó un altar y se leyó el cuento La Difunta Familia Díaz. Por su parte en el colegio Tirso de Molina han centrado la celebración en la decoración de las puertas de las aulas y además se ha organizado un concurso de disfraces por clases al que pudieron asistir las familias. En el CEIP Mirasierra también han optado por la decoración a través de un pasaje del terror realizado con material reciclado y por un concurso de repostería Dulces de susto. Ambas acciones han sido coordinadas por el Ampa. En el Al Ándalus, como es bilingüe alemán, no celebran Halloween sino Sank Martin, un joven militar que abrazó el cristianismo para ayudar a los más necesitados. Lo harán el próximo lunes 11 de noviembre. En su particular festejo, los alumnos de este centro preparán unos farolillos con los que, al final de la jornada, darán un entrañable paseo junto a padres y profesores cantando las canciones típicas dedicadas a este Santo, acompañado al término de un picnic con frutos de temporada.