Laura, Marta, Juan María, Lucía, María y Ana ya tienen pasaporte con destino a Norteamérica. Y es que cada uno de estos seis jóvenes cordobeses ha conseguido una de las 500 becas que la Fundación Amancio Ortega otorgaba en toda España, por lo que el curso que viene estudiarán 1º de Bachillerato en Canadá o EEUU.

Ana Fernández estudia en el colegio Bética Mudarra. Es una de las estudiantes que cursarán 1º de Bachillerato en Estados Unidos, un destino en el que está deseando probar la comida e incluso espera llegar a ser la animadora del equipo de su instituto. Ana, con una media de sobresaliente, quiere aprovechar esta experiencia para descubrir qué estudiar en un futuro, aunque lo que tiene bastante claro es que le gustaría dedicarse a algo que le hiciera realmente feliz.

Por su parte, María Jiménez, una alumna sobresaliente del colegio Alauda, ya tiene uno de sus sueños medio cumplido: conocer EEUU. Se trata de una experiencia de la que espera mejorar su inglés y aprovechar la oportunidad para conocer la Fundación Amancio Ortega desde dentro. Una de sus preocupaciones es estar lejos de su familia, pero está segura de que con la ayuda de las redes sociales estarán bien comunicados.

En lo que respecta a Lucía Hernández, del colegio Trinitarios, la beca Amancio Ortega es una oportunidad para practicar el inglés y para aprender nuevas costumbres y culturas. De esta experiencia espera también madurar como persona y aprender a ser más independiente. Lucía teme un poco el primer día de instituto y el clima de su nuevo hogar, Canadá.

Juan María Jiménez, del colegio San Rafael Señor Obispo, espera que esta experiencia le ayude en su futuro como estudiante y como persona. Este apasionado de la Astrofísica sabe que su mayor dificultad será estudiar las asignaturas habituales en otro idioma pero, como en el resto de sus aprendizajes, lo considerará un hobbie más. Con un sobresaliente en la ESO, afirma que le encanta aprender nuevas cosas.

Así, Marta Jurado, del IES Góngora, cuya nota media en la ESO es un 10, piensa que le costará adaptarse al frío de Canadá, pero esto no le impedirá convertir el próximo curso en una experiencia inolvidable en la que crecerá como persona.

Por último, para Laura Jurado, del colegio Las Esclavas, esta oportunidad supone el reto de demostrarse a ella misma de lo que es capaz. Sabe que una vez superada la fase inicial, podrá disfrutar de Canadá y del idioma. Y a su vuelta, en verano, continuará formándose para ser la gran médica que le gustaría ser.