La ley ha conseguido que todos los sindicatos de enseñanza estén en contra de ella, "pues supone un ataque frontal a la escuela pública. Potencia la enseñanza privada concertada". Sebastián Quesada destaca, por ejemplo, la posibilidad abierta para la cesión de terreno público para la construcción de centros privados o que se elimine la prohibición de subvencionar a los colegios privados que discriminan a sus alumnos por razón de sexo. "La ley lo que hace es perpetuar los recortes en educación que hemos ido sufriendo estos años".