Con esta historia, de título tan sencillo como El cuento de Lucía , Ana Espino Cañas reelabora un suceso real (el de una niña con cáncer) para trasvasarlo, con sensibilidad, metaforismo y extrema fuerza simbólica, al mundo de la imaginación.

Acertadamente publicado por la Diputación de Córdoba y presentado con motivo del Día Universal de la Infancia en el Hospital Reina Sofía, debido fundamentalmente a que persigue el fin de ayudar a rehabilitar y adecentar su tercera planta dedicada a oncología infantil, debiera ser un relato que, incluso en su trasfondo personal e íntimo, conocieran todos los escolares cordobeses.

Lucía es la protagonista de un orbe de ilusión, --que engloba tanto a pequeños como a mayores--, en el que adquieren preponderancia sus tres simbólicos poderes: el de hacer la peseta, el de hacer reír y el de volar sin que se note.

El cuento tiene incluso canción, con admirable letra, que puede oírse en Facebook, y dramatizarse o representarse con la colaboración de su autora. Ella afirma que "este cuento se hizo con el fin de sacarle una sonrisa a Lucía y él solo ha ido encontrando una finalidad".

Embellecido con las ilustraciones de Eva Espino, demuestra que la preponderancia de lo imaginario, de lo humorístico y de lo comunicativo puede conseguirse aún dentro de la brevedad. Pues entonces... "Esto era una vez una niña que era una princesa. Pero no lo sabía".