El acierto en la elección del título de una colaboración publicada en estas páginas (´Claroscuros de la Universidad de Córdoba´), así como la eficaz selección del párrafo destacado sobre el texto (´La política de contratación debe ser algo angular´) consiguieron hacer atrayente un texto acerca de los "contratados interinos" con dosis iguales de buena voluntad, de osadía y desinformación de su autor, resultando lógicas las dos últimas características cuando el Sr. Morales Aranda, estudiante de la UCO, se ha decidido a adentrarse en un mundo tan complejo como el de las actuales figuras contractuales vigentes para el profesorado universitario y, lo que es más llamativo, a emitir juicios de valor sobre las mismas. No debe extrañar, por tanto que, diseñado como crítica al Vicerrectorado de Profesorado, se convierta en lo contrario: un texto generador de satisfacción, pues lo que se plantea como deseable -al margen de torpes tópicos vacíos- es algo que, no sólo se viene practicando asiduamente, sino que además está superado con creces.

Conviene aclarar al Sr. Morales, en primer lugar, que la figura del "contratado interino" no existe en la legislación universitaria (LOU y LOMLOU); es una fórmula utilizable sólo en casos de urgencia y que, con base en la legislación laboral (Estatuto de Trabajadores y Convenio Colectivo), ha sido producto del entendimiento entre el Vicerrectorado de Profesorado y el Comité de Empresa, pactando una manera de responder con rapidez a las situaciones excepcionales y permitiendo el acceso a las aulas universitarias de jóvenes profesionales que no reúnen los requisitos para ninguna de las figuras ordinarias. Todos los elogios, por tanto, del "contratado interino", lejos de dolernos, las entendemos y aceptamos como el reconocimiento de que nuestra política de contratación está siendo imaginativa, valiente y, en definitiva, "algo angular" en la UCO.

Pero debieran conocerse también los límites de estos contratos, que nunca pueden desplazar a las fórmulas legalmente establecidas; utilizable excepcionalmente, es preceptivo que el contrato de "sustituto interino" sólo puede prolongarse hasta la siguiente convocatoria ordinaria, momento en que ese encargo docente debe ser ofertado de acuerdo con las figuras LOU y LOMLOU que, cumpliendo las necesidades docentes, el Departamento considere más convenientes. Y aunque, en función de determinados agobios de calendario, se planteara en otro momento al Comité de Empresa una posible renovación excepcionalísima por un año de estos contratos, la opción de dicho Comité por la normalidad legal no significa sino el cumplimiento estricto de los preceptos que rigen para este tipo de contrataciones.

Otros aspectos que se ignoran u omiten son los siguientes: 1º/ Frente al presunto "despido" denunciado, en este momento y hasta que se resuelva la actual convocatoria de plazas ordinarias, todos los "interinos contratados" que tuvieron el plácet de su departamento, siguen en su puesto de trabajo. 2º/ Es irresponsable (por ignorancia) considerar que existen criterios empresariales en este asunto, por cuanto el coste económico de los "asociados" y "contratados interinos" es exactamente el mismo; y porque presuponer que se opta por la figura del "contratado" por su mayor nivel de indefensión es de una ingenuidad enternecedora ante la que caben pocos comentarios. 3º/ Cualquier intento de dar por supuesta una mayor excelencia académica de los "contratados interinos" ("personas bien formadas y capacitadas para plazas de jerarquía superior") frente al colectivo de "asociados" ("personas generalmente peor formadas para el mundo académico y docente"), denota una desconexión de la realidad contra la que es imposible luchar en estas breves líneas.

En síntesis, que la crítica del Sr. Morales Aranda (bien intencionada, a la par que desinformada, errónea y tópica) lejos de molestarnos con sus juicios, nos halaga y nos refuerza en nuestro convencimiento de que en la UCO se está trabajando seriamente (aunque sin alharacas) para perpetuar y aumentar el nivel de excelencia de nuestro profesorado; y una parcela pequeña de este buen hacer son los "contratados interinos", que no surgen por generación espontánea, sino que son resultado de esa misma política de contratación que se califica de "errónea y torpe"; un colectivo, que, por otra parte, habrá recibido pocos apoyos tan claros y explícitos como los que proceden del actual equipo de dirección de la UCO.