"¿Por qué pensáis que ha venido una periodista al cole?", pregunta la directora del CEIP Ciudad Jardín, María José Blanco, a los alumnos de 3º de Primaria. "Porque es el mejor cole del mundo", dispara un orgulloso alumno; "porque los profes son muy buenos", grita otro... No, no. La respuesta gira por otros derroteros. Este colegio cordobés es uno de los seis centros bilingües de francés de toda la provincia.

"Queremos que los niños se desenvuelvan y le den funcionalidad a lo aprendido", explica María José Blanco. No es para menos, porque el equipo docente de este colegio compuesto por 18 profesores invierte más horas de las debidas en prepararse las clases bilingües: creando el material, nuevas dinámicas y continuando su formación en francés.

Además, este centro mantiene las clases de inglés, ya que "los padres se niegan a que sus hijos estudien francés a costa de quitarles el inglés", matiza la regidora del CEIP, que tiene alumnos de educación Infantil, Primaria y Especial. De hecho, los padres ya están en alerta, porque este año en principio casi no se adjudica un profesor de inglés, pues no existe obligación de enseñar un segundo idioma en Primaria en este tipo de centros.

Tras el paso por el colegio bilingüe, los alumnos tienen la oportunidad de continuar su formación idiomática en el instituto. Un ejemplo puede ser el IES López Neyra, un centro bilingüe de inglés, que cuenta con cuatro cursos --desde 1º a 4º de ESO-- y unos 100 alumnos inmersos en el proyecto.

Isabel Rubio, la coordinadora del departamento bilingüe de este IES, comenta que la mayores dificultades que se han encontrado se relacionaban con el material. "Fuimos de los primeros en Córdoba, no había materiales y los tuvimos que hacer nosotros. Ahora las editoriales están haciendo un esfuerzo", dice Rubio. Un aspecto del que también se quejan los docentes del CEIP de Ciudad Jardín. "Tenemos una Erasmus que nos ayuda a transcribir las unidades de cada materia", expone una de la maestras del CEIP, que cuenta además con dos auxiliares de conversación.

Annie, de Canadá y una de las lectoras del CEIP, es capaz de alternar bonjour y good morning . Una capacidad que adquirirán estos escolares que, además, añadirán buenos días.