Diversas cuestiones médicas relacionadas con la nutrición y la endocrinología copan buena parte del objeto de las investigaciones realizadas por el grupo del área de Ciencia y tecnología de la salud del PAI (Plan Andaluz de Investigación) en la UCO denominado Estudio del crecimiento, endocrinología y nutrición , dirigido por Ramón Cañete Estrada, profesor titular de pediatría en esta universidad. Surgido en 1993 de la mano de cinco investigadores, este colectivo, formado en la actualidad por 17 doctores y 3 doctorandos, centra sus posibilidades en tres líneas básicas unidas por el estudio del crecimiento del niño: la nutrición neonatal o del recién nacido, la obesidad en menores y los trastornos del crecimiento.

BEBES MANULTRIDOS

El llamado Crecimiento Intrauterino Retrasado (CIR) es un síndrome que manifiesta deficiencias en la alimentación de los recién nacidos durante su etapa fetal en el interior del útero de la madre. Esta malnutrición neonatal es tratada desde 1999 por el grupo con el objetivo de paliarla y a través de un método consistente en administrar al bebé vía intravenosa una cantidad determinada de proteínas en forma de aminoácidos, grasa y glucosa. El equipo de Cañete ha demostrado de esta forma la eficacia de esta terapia en la recuperación precoz de estas carencias nutritivas.

OBESIDAD Y HORMONAS

Los aspectos genéticos y endocrinológicos se mezclan en esta línea, centrada en investigaciones sobre el comportamiento y la composición de las grasas presentes en los menores obesos. Estos estudios se encuentran todavía en su fase inicial, por lo que no pueden establecerse por el momento conclusiones definitivas.

En concreto, el equipo de Estudio del crecimiento, endocrinología y nutrición analiza desde hace unos tres años la actuación de una serie de hormonas en estos niños, con una metodología de estudio que se inicia con la recogida de muestras de sangre de menores a los que previamente se les ha suministrado un desayuno estándar (de unas 440 kilocalorías, según Cañete), al objeto de observar la evolución del comportamiento de hormonas como la leptina durante el proceso de digestión. Para ello, los miembros del grupo realizan hasta cinco tomas (una cada hora) desde 60 minutos antes del comienzo del desayuno hasta cuatro horas después del final del mismo, para así obtener lo que se conoce como curva vasal, o gráfico en el que se refleja esta evolución.

En cuanto a los estudios de la composición genética de las grasas, son las de tipo subcutáneo (bajo la piel) e intrabdominales las que interesan al grupo. Actualmente, las investigaciones se encuentran en el punto de recogida de muestras, en el que los miembros del equipo aprovechan las grasas extraídas en intervenciones quirúrgicas practicadas al menor por otros motivos ajenos a la propia labor investigadora de Estudio del crecimiento, endocrinología y nutrición .

SOBRE EL CRECIMIENTO

Prevenir la arteroesclerosis o acumulación de grasas en las arterias, patología relacionada con la coagulación de la sangre, es la primera de las metas que el grupo se marca en esta línea de estudio del crecimiento. Aún sin conclusiones al respecto, Cañete y sus investigadores intentan probar la hipótesis de que la hormona del crecimiento mejora esta coagulación sanguínea y previene así de esta enfermedad. Por ello están analizando la incidencia de un tratamiento, basado en la administración de esta hormona a diversos pacientes, en los factores de coagulación sanguínea, tanto antes como después de iniciada esta terapia.

En otro orden de objetivos, uno de los principales retos de los miembros del grupo consiste en diseñar un programa informático que permita realizar radiografias objetivas por ordenador a un paciente, de manera que se pueda determinar la maduración de su estructura ósea sin recurrir al análisis visual subjetivo de las radiografías convencionales.

Pero, dentro de los numerosos proyectos de investigación del colectivo, uno de los que más llama la atención popular por su evidente interés público es el análisis con estadiómetro (aparato de medida homologado internacionalmente) de la talla media de los cordobeses. Llevado a cabo entre el año 2000 y el 2001 sobre la base de 1.500 chicos y chicas de entre 19 y 20 años, sus conclusiones revelaron que la altura media de los cordobeses era de 176 centímetros en los hombres y 163 en las mujeres. (Más información en la página web www.andaluciainvestiga.com) .