Miles de opositores de todas las especialidades se han enfrentado ya con el que sin duda ha sido uno de los momentos más duros de sus vidas. El primer examen de acceso al cuerpo de maestros, que tuvo lugar el pasado domingo, dejó ayer las cifras de aprobados que, desde mañana, comenzarán el segundo examen, que incluye también la entrega de documentación para baremar méritos.

Más de 3.500 personas, divididas en las seis especialidades convocadas, optan este año a una plaza de docente en Primaria en unas oposiciones que pasarán a la historia por varios motivos. Primero, por el adelanto de la fecha de celebración en Andalucía -lo que ha motivado un mayor número de opositores y la posibilidad de presentarse en otras comunidades autónomas-, y segundo, por los cambios en el propio sistema de examen.

NOVEDADES

"Los supuestos prácticos eran para todos una incógnita, y sin duda han marcado la diferencia a la hora de aprobar o suspender, puesto que no había un modelo establecido y los preparadores han tenido que intuir lo que podría ser finalmente", explica Jorge Muñoz, que opta a una plaza en la especialidad de Educación Física. Este aspecto ha sido fundamental en el primer examen, que contenía dos partes más y que tuvo una duración de cinco horas.

Muchos opositores han manifestado su queja por el hecho de la reducción del temario general, algo que, en opinión de varios, ha beneficiado a los interinos y perjudicado a aquellos que llevaban tiempo estudiando, ya que el material definitivo salió en el mes de marzo.

EXPERIENCIA

La convocatoria del pasado domingo, a las 8 de la mañana, provocó ciertas dificultades entre los que que acudían a Rabanales. Allí, algunos tribunales se vieron obligados a retrasar el examen debido a la escasez de personas presentadas a esa hora. El motivo, según Sonia Jiménez, de la especialidad de Inglés, fue la falta de previsión, ya que el atasco en el acceso al Campus provocó cortes de tráfico e hizo que muchos se vieran obligados a correr campo a través para llegar a tiempo a la gran cita.

Si ésta fue la tónica en Rabanales, en Derecho la situación se caracterizó por la normalidad y puntualidad. Los nervios antes de entrar dejaron paso a la tensión del examen, que dejó a muchos exhaustos tras cinco horas de escritura. "Había tiempo para todo, pero tenías que distribuirlo muy bien", comenta un opositor, que recuerda que el cansancio se dejaba notar sobre todo en la espalda y la sufrida mano.

Pero quizás, lo más llamativo de esta convocatoria ha sido el mínimo nivel de deserciones y el hecho de que casi todo el mundo saliese contento y satisfecho del primer examen, algo que no ocurre de forma habitual. "Para los miembros de los tribunales habrá sido difícil la corrección, puesto que el nivel, como muchos han reconocido, ha sido muy alto", añade Jorge Muñoz.