Las estafas por Internet continúan siendo un grave problema de seguridad. Los ciberdelincuentes aprovechan cualquier oportunidad para obtener información confidencial de las víctimas, aprovechando su desconocimiento o sus vulnerabilidades.
Por ello, es habitual observar cómo se difunden por la red campañas de suplantación de identidad, en las que los estafadores se hacen pasar por determinadas empresas, bancos u organismos oficiales, con el fin de obtener la confianza del receptor y que este comparta una serie de datos que nunca deberían ver la luz.
La última de estas estafas detectadas afecta a la Agencia Tributaria en plena campaña de la Renta 2021. En ella, los ciberdelincuentes difunden a través del envío masivo de un correo electrónico un supuesto mensaje de alerta que podría sobresaltar a cualquier contribuyente.
"Hemos revisado su declaración y hemos encontrado incidencias graves, requerimos una solución inmediatamente, puede solucionarlo de manera online con nuestro software o en caso contrario un inspector te visitará en 3 días" es el texto que puede leerse, y que incita al usuario a hacer clic en un proceso que desemboca en la descarga de un programa que infecta el equipo desde el cual se realiza el acceso.
A partir de ahí, los ciberdelincuentes podrán tener acceso a cuentas bancarias, tarjetas de crédito o cualquier otro tipo de información sensible almacenada en el terminal en cuestión, causando daños económicos u otros perjuicios al usuario afectado.
Cómo evitar caer en estafas online
Las recomendaciones de la Oficina de Seguridad del Internauta se basan en los siguientes puntos:
- No fiarse de mensajes no solicitados. Nunca hacer clic en sus enlaces, no contestar, y a ser posible, borrarlos directamente de la bandeja de entrada.
- Actualizar de manera continua el sistema operativo y el antivirus en los dispositivos, asegurándose siempre de que este último permanezca activo.
- En caso de duda, contactar con la empresa o el organismo en cuestión a través de otra vía (telefónica, presencial...)
- Cuando se necesite hacer alguna gestión online, escribir directamente en el navegador su dirección web en lugar de buscarla en Google u otros servicios.
- No facilitar datos personales o bancarios salvo que se esté estrictamente seguro de la fiabilidad de la página.
- No proporcionar información sensible a través de redes WiFi públicas, ni siquiera en las webs de organismos oficiales.