EMPLEO

Los tres puntos clave para la CEOE ante el fin de la legislatura

Cerrar un acuerdo sobre salarios con los sindicatos es la prioridad número uno para la patronal, que quiere asegurar la paz social incluso si llegara a producirse un vuelco electoral.

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Juan Carlos Lozano

Cerrar un acuerdo sobre salarios con los sindicatos es la prioridad número uno para la patronal, que quiere asegurar la paz social incluso si llegara a producirse un vuelco electoral. Tras dejar aparcado el pacto de rentas, luchar contra el intervencionismo del Gobierno y afrontar otra posible subida del SMI completan los retos más inmediatos.

Alcanzar un acuerdo con los sindicatos sobre los salarios

Es el punto número uno, a día de hoy, en la agenda de la patronal CEOE. Se trata de lograr pactar con las organizaciones sindicales en el marco del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC). Lo llamativo de este asunto es que desde las organizaciones empresariales hay no solo disposición al acuerdo, sino una clara confianza en que va a salir adelante. El pasado 25 de abril, en el acto de celebración del 45 aniversario de Cepyme, el propio Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, señaló que esperaba poder “comentar algo dentro de pocos días” a este respecto: “estamos trabajando con discreción”, más que en otras ocasiones, remachan fuentes de la patronal. Incluso medios cercanos afirman que ya se ha avanzado en aspectos que están dentro de la AENC pero que no son estrictamente los salarios: “se avanza ya en igualdad, riesgos laborales, teletrabajo”…

Respecto a las cifras, los sindicatos han puesto sobre la mesa un incremento de salarios del 13,8% para el periodo 2022-2024, que se repartiría en un 5% en 2022, un 4,5% este año y un 3,7% en 2024. Fuentes ejecutivas califican de “brutal” la petición (no ha trascendido contraoferta o posición alguna por parte de CEOE), que además fue acompañada de una más o menos velada amenaza por parte de los sindicatos sobre un aumento de la conflictividad (huelgas, sin descartar incluso una general) en caso de que la negociación se rompiese. Estas fuentes ejecutivas advierten que en esta batalla, el Gobierno también presiona, incluso públicamente: “el aviso de que se creará un observatorio de márgenes empresariales, algo reclamado por los sindicatos, es una forma nada sutil de presionar”, afirman.

Pero lo cierto es que con un pacto sobre salarios, tanto empresarios como sindicatos ganan. Los empresarios porque llegar a un acuerdo da un marco de referencia estable para los convenios de sectores y provincias y, sobre todo, porque les asegura una paz social a corto plazo en caso de que se produjera un cambio de Gobierno que llevara al PP a Moncloa. Los sindicatos, porque necesitan una victoria que les devuelva al primer plano tras estar toda la legislatura a la sombra de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Rebajar el tono de los ataques a los empresarios y elevarlo contra el intervencionismo

Aquí hay dos de las cuestiones que levantan más pasiones en el ámbito empresarial. La diferente manera de abordarlas quedó patente en el acto de Cepyme. Garamendi, de CEOE, reclamó seguridad jurídica y estabilidad regulatoria y se comprometió a trabajar “por la paz social”. Es cierto que, aunque también ha hecho alguna declaración contundente criticando los ataques a los empresarios y el señalamiento público de algunos, a Garamendi dentro de la organización le critican una cierta tibieza en estos asuntos: “no está dando la batalla con suficiente fuerza”, señalan estas fuentes. Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, exhibió una línea más contundente, al reclamar “libertad y respeto”, denunciar el intervencionismo en políticas como “la ley de la vivienda” y advertir contra el populismo. El título de la jornada que presidía la celebración de su 45 aniversario lo dice todo: “Sobre la dignidad empresarial”.

Otros medios explican que uno de los problemas es que no se consigue explicar bien que casos como el de Ferrovial (levantó una polvareda económica y política al anunciar que trasladaba la sede a Países Bajos) no representan a una clase empresarial que en España está compuesta en un 95% por pymes y micropymes: “mientras en el Gobierno están legislando contra el Ibex, que sólo son 35 empresas, esa confrontación, en la que el Gobierno sólo busca rédito electoral, condiciona y perjudica al resto”.

Prepararse ante otra nueva subida del SMI

En algunas fuentes cercanas al empresariado ya dan por hecho que, tras las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en la legislatura (que acumulan ya un 50% de alza, hasta 1.080 euros mensuales en 14 pagas), las compañías deben prepararse para que, en plena campaña electoral, el Gobierno aproveche para anunciar un nuevo incremento: “ahora mismo, medido sobre el salario medio de España, tenemos el SMI más alto de Europa”, critican fuentes cercanas a la CEOE, que añaden que los aumentos del SMI “elevan directamente las bases de cotización” de los salarios. En CEOE, la posición oficial es que “no nos oponemos a subir los salarios, pero hay que encontrar el equilibrio para no perjudicar a la competitividad”.

Sea como sea, lo cierto es que en el empresariado se critica duramente las subidas generalizadas de cotizaciones que se ha producido en la legislatura, en las que también incluyen las que genera la reforma de las pensiones (“ha subido muchísimo los costes empresariales”) y no solo el SMI. Ahora que parece que el pacto de Rentas está aparcado por motivos puramente electorales, las cotizaciones serán otro de los caballos de batalla del sector. Como recuerdan desde una patronal, “tenemos las terceras cotizaciones más altas de la Unión Europea y llegamos casi al 40% del sueldo bruto”.