De repente, sin previo aviso, nos vimos obligados a quedarnos en casa. Sin poder salir. Simulando un despacho en la cocina. Reuniones virtuales. Cafés a distancia. Teletrabajo. Formación virtual. Los CTOs de las compañías y centros educativos se convirtieron en verdaderos héroes, tratando de migrar y trasladar empresas, instituciones o centros a la nube en tiempo récord. El mismo tiempo que nos costó darnos cuenta de nuestras carencias: falta de profesionales cualificados en vocaciones STEM, escasa concienciación sobre la verdadera trascendencia de la tecnología en nuestras vidas, limitada formación en habilidades digitales en edades tempranas, medias y adultas.

Si algo nos ha enseñado este escenario de revolución tecnológica y digital acelerada, es que esta tecnología es y será uno de los ejes y motores para el desarrollo y competitividad de nuestro país. Y no hay tiempo que perder. Los datos hablan por sí solos: según el 'Informe de Fundación Telefónica', solo el 31% de los españoles tiene las capacidades necesarias para trabajar en un entorno digitalizado; solo el 55% de la población española cuenta con habilidades digitales básicas. Y todo ello, a pesar de que los números ya dejaban entrever la necesidad de incorporar perfiles tecnológicos a las compañías.

Según recoge el informe 'The State of European Tech 2020' publicado por Atomico, el 6,4% de las ofertas de empleo durante el año 2020 tiene correlación con profesiones ligadas a la tecnología. La demanda de estos perfiles, asimismo, ha aumentado un 29,5% desde el inicio de la pandemia. El presente y el futuro siguen por la misma senda: por cada empleo destruido, se prevé que la tecnología creará 2,4 puestos de trabajo de la denominada "nueva economía". Los pronósticos nos hablan de que en España la tecnología generará 650.000 empleos en los próximos 10 años.

Y según los datos extraídos del Foro de Davos de este mismo año, España puede ser el país más favorecido en caso de apostar por el desarrollo de las competencias digitales en la próxima década: un aumento adicional del 6,7% de la economía española y nada más y nada menos de 132.000 millones de dólares de incremento en el PIB.

Hoy, aprovechando la celebración del Día del Programador, además de felicitar y agradecer su trabajo durante este período insólito, queremos hacer un llamamiento a toda la sociedad para que caminemos juntos en esta senda de la recuperación teniendo en cuenta los datos mencionados. El futuro será tecnológico y digital, o no será. Es el momento de derribar mitos sobre la formación tecnológica, de eliminar todo sesgo de género, de buscar nuevas formas de diseñar itinerarios educativos ligados a la tecnología, de dejar de estigmatizar y tildar a estos profesionales de 'frikis' que se pasan el día delante de pantallas... Y, sobre todo, es momento de humanizar la tecnología y entenderla como la herramienta al servicio de una sociedad más avanzada y desarrollada; como el eje transversal a cualquier actividad económica; el pilar de nuestra sanidad e industria. La tecnología es también salvar vidas y el futuro de nuestra juventud.

Dejemos de ver la tecnología como enemiga de la humanidad para convertirla en la aliada para la empleabilidad y la competitividad. Empleabilidad para los ya empleados, empleabilidad para los futuros líderes del país.