Las chucherías son un capricho que muchas veces hay que darse para sentirse mejor, para endulzarse el día o simplemente porque apetecen. ¿Quién no se ha tomado alguna vez un dulce e Fini? Esta empresa murciana cumple 50 años con la creación de Fini Company, la nueva marca corporativa global de la compañía. Y es que en este medio siglo, no ha encontrado fronteras y ha recorrido mundo, llegando a tener filiales internacionales en Colombia, Italia, Chile, Reino Unido, Francia, Portugal y Perú.

Además de las filiales, Fini es una compañía que exporta entre el 75 y el 80% de los productos, venden en más de 100 países y producen cerca de 90.000 toneladas de golosinas cada año. “Gracias a nuestra estrategia de internacionalización, tenemos una gran relevancia en el mercado global”, asegura Manolo Sánchez, ceo mundial de the Fini Company. La expansión internacional comenzó en los años 90 y en 2001 apostaron por Brasil donde inauguraron la primera fábrica, porque hasta entonces solo tenían la de España en Molina de Segura (Murcia).

“La llegada a Brasil causó una revolución como consecuencia de la introducción de nuevas categorías de golosinas totalmente desconocidas en el país”, asegura Manolo Sánchez. De hecho, fueron los primeros fabricantes de caramelos de gelatina, marshmallow y más recientemente de regaliz; “apuesta difícil porque supuso tener que educar a los clientes y consumidores en productos totalmente desconocidos hasta la fecha”, apunta. El dominio de Fini en el mercado brasileño en estas categorías representa entre el 70 y 90% de la cuota de mercado en las diferentes categorías.

Cambio en el mundo de las chucherías

Fini Golosinas es una empresa familiar que comenzó en 1971 como una pequeña fábrica de chicle artesanal. Manuel Sánchez Cano montó una empresa de licores y a la vez se fijó en el sector de las golosinas. Aunque en un primer momento mantuvo ambas cosas, finalmente se decantó por la producción de golosinas. “En aquella época se aprendía con el sistema de prueba/error a través de los diversos intentos y fracasos”, explica el ceo mundial. El equipo humano era mínimo y no había un laboratorio en el que testar las fórmulas antes de aplicarlas. Pero con el tiempo fueron aumentando las líneas de producción y contratando trabajadores. Ahora son más de 2.500 trabajadores en total.

En 50 años las chucherías han cambiado mucho. Cuando empezaron, las creaciones eran productos “básicos y sencillos”. En el caso de Fini con chicles grageados y el chicle carrete (el que se enrolla) en los que Fini supo encontrar la oportunidad por haber una necesidad de mercado en España en esos momentos. En estos momentos son el mayor fabricante de golosinas español con una “importancia rotunda” en las familias de caramelo de gelatina, regaliz, marshmallow, chicle, caramelo duro, caramelo con palo y caramelo masticable.

 Manolo Sánchez lo tiene claro: “En este sector es fundamental la innovación para sorprender a los clientes y consumidores”. En su caso, esta innovación va en la genética de empresa y “nos encontramos constantemente evaluando y analizando con el departamento de I+D+I todas las vías posibles para ofrecer los mejores y más sorprendentes productos, incluso adelantándonos a la propia demanda”.

Como capear las crisis

 “Como en el resto de los sectores, con las golosinas hemos tenido que adaptarnos al contexto del momento en tiempo récord, tanto a las demandas del mercado como a la de los consumidores”, explica el ceo. Pero reconoce que gracias al buen posicionamiento antes del Covid-19, Fini ha sido la empresa que más ha crecido en las categorías en las que actúan con un crecimiento del 43% durante el año 2020. “El covid-19 nos ha obligado a ser más eficientes y ha acelerado el proceso de digitalización”, señala.

 Respecto a la comercialización, durante este último año se ha notado una ralentización del canal impulso debido al cierre de establecimientos a consecuencia del Covid-19, lo que ha provocado una migración de volúmenes al canal moderno.

Esta no es la primera crisis económica que vive Fini, porque en 50 años han tenido que capear algunas y de todas han podido salir. “Se capean gracias a nuestro buen posicionamiento global y a nuestra capacidad de adaptación. Nos reforzamos en las épocas de mayor éxito para ser capaces de superar las más difíciles”, comenta Manolo Sánchez y afirma que si no fuese de esta manera, sería complicado salir adelante.

 Ahora Fini tiene en marcha un plan estratégico a 3 años (2021 a 2024) cuyos objetivos principales se resumen en la internacionalización del negocio, el proceso de digitalización y sostenibilidad y “la constante innovación para seguir siendo líderes del sector para los consumidores”. En Fini siempre están en continuo movimiento, experimentando con nuevos productos que sigan sorprendiendo a todo el mundo. “Las sorpresas están aseguradas”, concluye Sánchez.