Mercado laboral

La brecha persistente: Ya hay tantas mujeres altamente formadas como hombres pero aún cobran menos

Un informe de Fedea señala que las trabajadoras con educación terciaria cobran un 12% menos que sus homólogos

Dos personas en una oficina

Dos personas en una oficina / Gustavo Valiente - Europa Press

Barcelona

En España ya hay tantas mujeres con altas cualificaciones trabajando como hombres, pero todavía cobran menos. Concretamente, un 12% menos de media. En las últimas décadas, las mujeres se han incorporado de manera masiva al mercado laboral, si bien la falta de ayudas e inversión pública en educación y cuidados dificulta que aquellas mujeres con bajas cualificaciones puedan contribuir a seguir reduciendo esa brecha.

Un informe presentado este viernes por la casa de estudios Fedea analiza como el mercado laboral español es cada vez más paritario en cuanto a participación. La figura de la mujer recluida en casa y encargada estrictamente de los cuidados se ha ido difuminando durante las últimas dos décadas. No en vano, este año España ha batido un simbólico récord y superado por primera vez los 10 millones de mujeres afiliadas a la Seguridad Social; hito que los hombres lograron en 2018.

Si en 2005, el 60% de los hombres en edad de trabajar tenían un empleo, frente al 40% de las mujeres; en 2025 esa diferencia se ha reducido en 10 puntos (57% frente a 47%). Un factor que explica esa reducción es la especial incorporación de las mujeres con altas cualificaciones. Hace tiempo ya que las mujeres son mayoría en las universidades y eso se está evidenciando ya en la estadística cuando, posteriormente, dan el salto al mercado laboral.

Según los datos recopilados por Fedea, apenas hay unas décimas de diferencia entre ambos géneros en lo que a población ocupada con estudios terciarios se refiere, equiparadas en el 70%. No obstante, "las mujeres eligen sectores mejor pagados, pero cuando entran perciben salarios menores que los hombres", según ha afirmado la profesora asociada de CUNEF Claudia Hupkau.

Así lo evidencian las estadísticas aportadas por el estudio, ya que la brecha salarial entre hombres y mujeres ajustada oscila entre el 11 y el 12% entre trabajadoras con todo tipo de estudios. Hallan acabado la primaria, la ESO o un grado universitario. "Ganamos, de media, 3.500 euros menos [al año] que un hombre en el mismo tipo de sector, cargo y empresa", ha explicado la investigadora. 

Para minimizar las desigualdades salariales en el seno de las empresas, desde Fedea han recomendado incrementar la transparencia interna sobre qué cobra cada trabajador. Las auditorías salariales son obligatorias en España desde hace tres años para todas las empresas de más de 50 empleados y deben incluirse dentro del plan de igualdad. Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, el 30% de las compañías de 50 o más empleados no tienen formalmente uno validado, pese a ser obligatorio.

Más ayudas para cuidar

Parte de esa progresiva incorporación de la mujer al mercado laboral se ha producido por una mayor repartición de las tareas de cuidados entre hombres y mujeres, si bien siguen siendo ellas las que mayoritariamente dan un paso atrás en sus carreras profesionales para hacerse cargo de un ser querido.

Por citar un dato en esa dirección, según la última encuesta de población activa del INE, tres veces más mujeres afirmaron dejar su empleo para cuidar de un familiar.

En este sentido, la falta de ayudas para costear el tiempo con seres queridos dependientes explica, entre otros, que la brecha de ocupación entre mujeres y hombres altamente cualificados sea inexistente y persista a menor nivel educativo. Y es que a mayor educación, mayor retribución y es entonces cuando a ellas les sale a cuenta pagar a otra persona para asumir el tiempo de cuidados. De otra manera, les saldría más barato dejar de hacer parte de su jornada o toda y quedarse cuidando.

Ahí Hupkau ha valorado que el Estado haya equiparado a 16 semanas los permisos por cuidado de hijo entre hombres y mujeres, pero ha reclamado ir más allá y elevar el la gasto público en relación al PIB a servicios de educación de 0 a 3 años, ya que actualmente el que destina España es inferior a la media de la OCDE.

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