La empresa

Stabilit, en crecimiento sostenido y sostenible

Córdoba se convierte en uno de los centros más importantes de Europa para el grupo multinacional mexicano

Interior de la factoría de Stabilit en Córdoba.

Interior de la factoría de Stabilit en Córdoba. / Córdoba

Francisco Bocero

Francisco Bocero

Una de las noticias empresariales más relevantes de la Córdoba de 2019 fue la adquisición de Polímeros Gestión Industrial por parte del grupo mexicano Verzatec, uno de los referentes globales de la producción de laminados plásticos reforzados con fibra de vidrio, láminas de policarbonato y paneles industriales destinados a la industria de la construcción y el transporte.

Esta adquisición de la empresa cordobesa suponía el tercer paso europeo del grupo mexicano después de su primera inversión en Barcelona, en el año 2000 y la segunda en Suiza en 2017.

Ambas inversiones, bajo la marca Stabilit, facilitaron la operación como refuerzo de la apuesta europea y de la expansión internacional del grupo, un elemento estratégico que, hoy, cinco años después les ha confirmado como ese referente global en laminados plásticos destinados a la construcción.

Y no solo eso, sino que la fábrica de Córdoba se ha convertido en el centro de la presencia europea de Stabilit.

Vocación industrial

Y es que, como explica Sergio Anguiano, director general de Stabilit, la compañía siempre ha tenido un componente y una fuerte vocación industrial desde su nacimiento en 1959, en Ciudad de México, y la evolución tecnológica les ha permitido desarrollar productos para fachadas, cubiertas y también interiores con una enorme variedad de alternativas en cuanto a funcionalidad, estética e iluminación en casi una veintena de productos translucidos y opacos.

En la actualidad, «y tras dos años en los que los anteriores propietarios de Polímeros nos acompañaron a completar el proceso, hemos duplicado la capacidad de producción del año 2019 en cinco líneas productivas y hemos trasladado todo el centro de distribución desde Barcelona a Córdoba».

Lo que denomina, «nuestro centro de gravedad», que es donde atienden todos los pedidos de la península, incluida Portugal, de Francia, Bélgica y Holanda. El otro centro productivo se mantiene en Suiza, lo que les ayuda en la cobertura de todo lo que es Europa del Este. Junto a estos, tienen dos instalaciones de distribución más, una en Venhuysen, Holanda y otra en Lyon, Francia.

Este crecimiento, fundamentalmente con equipo comercial, porque Stabilit tiene una fuerte orientación a ventas y cercanía con los clientes ha hecho que la plantilla también se duplique pasando de 19 a 50 profesionales desde su llegada a Córdoba.

En la actualidad, Stabilit tiene una cuota del 45 por ciento del mercado español y mantiene buenas perspectivas de crecimiento. Eso les da margen para actuar en otros segmentos, porque como explica Anguiano: «Nosotros competimos mucho a través de servicio, y eso nos ha posibilitado crecer hasta un 13 por ciento en los últimos tres años.

Costes y fluctuaciones

La materia prima con la que trabaja en Stabilit es grasa de policarbonato y entramos en el capítulo de la volatilidad de las materias primas, que hacen fluctuar los volúmenes de facturación dependiendo de la situación del mercado y este es muy dependiente de la geopolítica.

«Son ciclos -apunta Anguiano- y por ello es más adecuado hablar de fluctuaciones que de volatilidad porque, con la experiencia que dan los años es más fácil identificar los ciclos de compra y de venta que se van produciendo». «Actualmente, estamos en un ciclo de precios bajos, sin recuperar todavía los anteriores al covid, teniendo ese largo recorrido de crecimiento en el mercado español. En el europeo también tenemos un incremento fuerte en torno al 13 por ciento de todo nuestro volumen de negocio porque estamos diversificados en productos, en regiones y en segmentos de mercado». Y, como no podía ser de otra manera, la sostenibilidad medioambiental es clave.

«Una cuestión que nos debe ocupar y preocupar es el medioambiental. En cuanto a nuestros productos, llevan en su fórmula un 15 por ciento de material reciclado y al final de sus ciclos son reciclables. El policarbonato tiene una vida útil de entre 20 a 25 años y puede ser reutilizado y tenemos un programa de rescate de materiales que ya han cumplido su vida útil para volverlos a usarlos en nuestros procesos. En este sentido, disponemos de un esquema de economía circular, que garantiza la recuperación y reutilización de los materiales».

Competitividad

Finalmente, Sergio Anguiano advierte de que es imprescindible cuidar la competitividad de la industria manufacturera para que no se vea afectada por trabas y costes diversos que en otros lugares de Europa no se dan.

«Hay que preservar el atractivo de este territorio para invertir con condiciones competitivas para las empresas», afirma.

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