Tributación

La inflación se ceba en los contribuyentes del IRPF de 15.000 a 20.000 euros

A los efectos de la subida de precios se suma una retención que hace que cada euro que ganan por encima de 15.000 vaya en buena parte a pagar impuestos

La inflación se ceba en los contribuyentes del IRPF de 15.000 a 20.000 euros.

La inflación se ceba en los contribuyentes del IRPF de 15.000 a 20.000 euros.

Agustí Sala

Los contribuyentes con ingresos anuales entre 15.000 y 20.000 euros son los más afectados por la inflación y las reformas del IRPF. Un salto de tramo en este grupo supone que "de cada euro que ganan por encima de 15.000, un altísimo porcentaje va al IRPF" y su capacidad de compra real además se ve mermada por el alza de los precios, según un estudio realizado para EsadEcPol por el director del foro de fiscalidad de esta institución e inspector de Hacienda, Francisco de la Torre; y Carlos Victoria, de la Universidad Complutense de Madrid. La solución que proponen es una deducción en este tramo equivalente a la diferencia entre la retención en los ingresos y la cuota que correspondería a cada declarante.

A la vez que denuncian que, en estos niveles, para rentas iguales unos contribuyentes no están obligados a tributar y otros sí en caso de tener más de un pagador, explican que Hacienda se habría beneficiado en unos 9.000 millones al no adaptar la tarifa del IRPF a la inflación, si bien admiten que ajustarla totalmente a la subida de precios hubiera sido muy costoso.

De la Torre denuncia la situación de estas rentas cuando hay más de un pagador - situación en la que en 2020 había unos 1,4 millones de contribuyentes-. Por ejemplo, un contribuyente que gane 15.000 euros al que, no se le retiene, no tiene, normalmente, obligación de presentar declaración (con un solo pagador la obligación de declarar es a partir de 22.000 euros). Así, su tributación final es cero. Sin embargo, si tuviese dos pagadores, y ambos le pagasen más de 1.500 euros, entonces tendría que presentar declaración. Y al no haberle retenido en estos casos tendría que pagar 387,22 euros.

Fallo en el diseño

El estudio explica que la progresividad del impuesto mediante el tipo marginal tiene un fallo en su diseño que da lugar a un comportamiento "errático": "pasa del 0% hasta los 15.000 euros a incrementarse en 43 puntos en niveles de rentas bajas (el tipo de las rentas más elevadas), para posteriormente reducirse nuevamente en rentas medias". Un ejemplo: si a un contribuyente con una base imponible (la cantidad sujeta a gravamen) de 15.000 euros le aumentan el sueldo en 1.500 euros (10%), con el sistema actual le retendrían 645 euros (tipo marginal del 43%). En cambio, uno que gane 26.000, con un aumento también del 10% solo pagaría un tipo marginal sobre ese extra de ingresos de aproximadamente el 30%.

En un contexto con una inflación elevada, estos contribuyentes apenas verán actualizado su poder adquisitivo real porque la mayoría de las subidas se verían afectadas por el elevado tipo marginal. En el ejemplo de 15.000 euros con una subida salarial del 10%, con una inflación media del 8,4% como la que se registró el año pasado, "pasar de 15.000 euros netos a 15.855 no cubriría lo necesario para mantener el poder adquisitivo (que serían 16.260 euros)", afirman De la Torre y Victoria.

Distorsiones en el IRPF

El Gobierno anunció en septiembre la subida del mínimo exento de tributar en el IRPF de 14.000 a 15.000 euros anuales. La reciente reforma del IRPF de 2022, activada en 2023, se une a la aprobada en 2018 para reducir la fiscalidad del colectivo de menores rentas. Ambas reformas han consolidado dos tarifas diferentes para declarantes y no declarantes. Esto, pese a ser en general una ventaja, genera distorsiones y situaciones injustas en el IRPF, además de impedir la universalización de la declaración, que facilitaría tener censos para, por ejemplo, beneficiarios del ingreso mínimo vital (IMV), afirma De la Torre. Y de ello resulta que al superar esa barrera las rentas medias-bajas son las que soportan el mayor escalón por el salto de tramo en el IRPF. Es una subida que, en el actual contexto de elevada inflación, no implica un aumento proporcional del poder adquisitivo real.

"La capacidad económica real de las familias se está reduciendo con la inflación, pero, en paralelo, están aumentando los tipos efectivos de retención en el IRPF en pensiones y salarios, lo que anticipa tipos finales efectivos más elevados", advierte el estudio. La recaudación por IRPF, que ya superó en 2021 los 80.000 millones de euros, bate récords. "En 2021, a pesar de no haber recuperado aún el nivel de PIB de 2019, su recaudación alcanzó el máximo de la serie histórica, y, según los datos de 2022, sigue creciendo", agregan.

Los autores admiten que corregir y adaptar todo el IRPF a la inflación, tal como reclaman algunas fuerzas políticas, tiene un coste muy importante. Para 2022 supondría renunciar a recaudar unos 9.000 millones de euros, lo que es casi un punto de PIB más de déficit. Y la segunda cuestión es que este importe de menor recaudación supone, por definición, mayor capacidad de gasto para los hogares, lo que alimenta la inflación. En todo caso, De la Torre defiende que la tarifa se podría haber adaptado a la media que subieron los salarios, entre el 2% y el 2,5%.