Fusión aérea

Iberia y Air Europa ya sólo chocan por cuánto ampliar la negociación en exclusiva hasta el ‘ok’ de Bruselas

IAG trata de vetar el máximo tiempo posible la posibilidad de que Globalia negocie con otras aerolíneas alternativas de venta | La familia Hidalgo, principal accionista de Air Europa, quiere acortar los plazos y tener más libertad para evitar un bloqueo demasiado largo

La pandemia congeló la compra de Air Europa por parte de IAG.

La pandemia congeló la compra de Air Europa por parte de IAG. / EP

David Page

Iberia Air Europa apuran las negociaciones para crear un nuevo gigante aéreo nacional. Tras tres años de culebrón desde que anunciaron un primer preacuerdo para su unión, las compañías siguen sin alcanzar un pacto definitivo para que Iberia cierre la adquisición de su archirrival en el mercado español y en el latinoamericano. Cuando quedan poco más de dos meses para que expire el plazo que las aerolíneas se habían dado para negociar en exclusiva y alcanzar un acuerdo, quedarían pocos flecos que separan a ambas partes para conseguirlo. Pero son unos flecos que se han convertido en un escollo aún por solventar.

La meta de Iberia sigue siendo absorber Air Europa y para conseguirlo las negociaciones para cerrar un acuerdo antes del 31 de marzo siguen abiertas con la familia Hidalgo, máximos accionistas del grupo turístico Globalia y de la propia aerolínea. Según apuntan a El Periódico de España. del grupo Prensa Ibérica, varias fuentes conocedoras del estado de las conversaciones, prácticamente el único aspecto que aleja a ambas compañías es cuánto tiempo alargar esa exclusividad mientras llega la aprobación de la operación por parte de las autoridades de Competencia de la Comisión Europea.

Iberia pretende alargar el máximo tiempo posible el plazo del veto para que Globalia pueda entablar conversaciones con otros grupos aéreos para negociar una operación de venta alternativa para Air Europa, dado el interés mostrado por otras compañías europeas por absorber a la aerolínea española (singularmente, Air France-KLM). La pretensión de la aerolínea del grupo IAG pasaría por ampliar la exclusividad incluso dos años más por si Bruselas alarga el proceso de aprobación por posibles problemas de competencia.

Los dueños de Air Europa, en cambio, quieren recortar los plazos para no ver bloqueadas por completo sus opciones de buscar otro comprador sine díe. Una exigencia por parte de la familia Hidalgo que se ha convertido hasta ahora en una línea roja porque la prolongación del veto de abrir conversaciones con otros grupos supone un riesgo inasumible de que quedar atada a Iberia y, si el negocio aéreo vuelve a torcerse en caso de crisis, llegar a una posición de debilidad que le haga imposible negociar otra operación.

El precio no se toca

IAG -el holding que agrupa a Iberia, British Airways, Vueling, Aer Lingus y Level- ya es accionista de Air Europa con un 20% tras capitalizar el pasado verano un préstamo participativo de 100 millones de euros, que se sumaba a una inyección previa de 75 millones, y que le permite negociar en exclusiva la compra de su rival hasta finales del próximo marzo y a un derecho de tanteo de otras posibles ofertas de compra durante tres años.

Durante los últimos meses, los dueños de Air Europa han ido deslizando públicamente su pretensión de elevar el precio pactado de la operación, pero Iberia no pretende elevar el precio de 500 millones de euros preacordado en la última valoración de la compañía aérea, a los que habría que sumar los más de 600 millones de deuda que arrastra (con el Estado como principal acreedor por los préstamos de SEPI y los avales de ICO).

Diferentes fuentes conocedoras de los contactos entre ambas compañías confirman que el precio de la operación no será un obstáculo y que no se moverá -o lo hará muy ligeramente- en relación a los 500 millones de euros pactados. En este ámbito, Iberia se ve en una posición de fuerza para plantarse y no subir el precio de la transacción, convencida deque sólo ella puede capitalizar las enormes sinergias que tiene con Air Europa en Madrid-Barajas, en el mercado español y en las rutas entre Europa y Latinoamérica. La compañía de IAG da por hecho que ningún otro grupo aéreo rival interesado podría pagar más por la compra de Air Europa.

Acuerdo o pasar página

Iberia mantiene todo su interés en cerrar la adquisición de Air Europa para crear un gigante aéreo nacional. Pero tras más de tres años de tiras y aflojas, la compañía sigue sin tener claro si conseguirá cerrar un acuerdo y empieza a abrirse a otros escenarios en caso de no conseguirlo. “Si no conseguimos cerrar un acuerdo en un plazo de tiempo razonable, lo mejor será pasar página”, ha llegado a advertir esta semana el presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto,

Desde Iberia se sigue defendiendo las bondades de la unión con Air Europa para impulsar el crecimiento del aeropuerto de Madrid-Barajas y confirmarlo como uno de los grandes hubs europeos y ampliar las conexiones con Latinoamérica y con Asia. “Este año debería ser el año en que seamos capaces de convencer a las autoridades de competencia de aprobar esta operación”. Pero si no hay acuerdo, desde Iberia se desliza que se lanzará a crecer en solitario en Barajas con más aviones y más rutas.

Iberia defiende el sentido estratégico de la compra de Air Europa, pero ha venido advirtiendo de que buscará otras alternativas si no consigue cerrar un acuerdo, tanto con una estrategia de crecimiento orgánico para impulsar el crecimiento de Madrid-Barajas como hub y también eventualmente con la búsqueda de otras operaciones corporativas. IAG -ahora comandada por el antiguo presidente de Iberia Luis Gallego- mantiene intacto su objetivo fundacional de ir sumando al holding compañías por absorción si aportan valor al grupo, y monitorea el sector en busca de oportunidades.

A finales de 2019 Iberia y Air Europa pactaron la adquisición por 1.000 millones de euros, y apenas un año después y en plena pandemia, el precio se rebajó a 500 millones. La operación acabó rediseñándose de manera integral, dándose las partes más tiempo tras varios sobresaltos que amenazaban con hacer descarrilar la compra, y ambas compañías siguen negociando ahora las concesiones necesarias para vencer los recelos del área de Competencia de la Comisión Europea a aprobar la unión de ambos grupos.