La sostenibilidad ambiental y social y las prácticas de buen gobierno ya no son una opción voluntaria para las empresas. Las fuerzas que rodean a las empresas han redefinido la creación de valor, que ya no es sólo económico sino también social. Tanto los clientes finales como los accionistas, los inversores y los financiadores buscan comprometerse con empresas que tengan un impacto positivo, medible y de gran alcance en la sociedad, las personas y el planeta.

Por ello, la sostenibilidad se ha convertido en un atributo indispensable en todos los sectores de actividad, lo que significa que una empresa que no se ocupe de la sostenibilidad dejará de ser competitiva y, en última instancia, dejará de ser viable. La pandemia y la guerra de Ucrania son aceleradores de la toma de conciencia de la existencia de retos monumentales en materia de sostenibilidad que hay que afrontar desde un cierto consenso social. La sostenibilidad consiste en invertir en la respuesta a los retos de hoy para ganar el futuro. No es una cuestión de eficiencia, es una cuestión de supervivencia. No hay viabilidad empresarial sin un compromiso firme con la sostenibilidad. Es un gran reto, pero hay motivos para el optimismo.

Cada vez vemos más empresas, no sólo del sector industrial, sino también de muchos otros, como el financiero o el minorista, que elaboran planes de sostenibilidad. 

Este camino no tiene vuelta atrás. Las empresas españolas serán sostenibles o no lo serán. Los retos son múltiples e implican una adaptación continua a procesos empresariales y productivos cada vez más respetuosos con las personas, la sociedad y el medio ambiente, cada uno en su sector y en su día a día.

Un ejemplo es el caso de ENGIE, una empresa que basa su rentabilidad en conseguir que -además de invertir en energías renovables- sus clientes consuman menos y mejor energía y avancen en el camino de la descarbonización a través de todas las soluciones tecnológicas industriales que la empresa propone. Por ello, es fundamental que las empresas integren estos nuevos paradigmas de eficiencia y transición energética en sus planes estratégicos, con objetivos claros, específicos y medibles.

El Grupo está experimentando una dinámica de cambio sin precedentes. Vivimos un momento único. Los contextos geopolítico, económico y energético se han alineado para situar a ENGIE en el centro de las cuestiones más candentes y estratégicas de la actualidad: la emergencia climática, la volatilidad de los precios, la guerra de Ucrania, etc. ENGIE en España desarrolla una apuesta sólida y firme por contribuir con su actividad al desarrollo de ciudades y sociedades más eficientes energéticamente y, por tanto, más sostenibles.

El Grupo se ha focalizado en cuatro actividades (energías renovables, redes de gas, generación térmica con bajas emisiones de carbono y servicios energéticos para la descarbonización) cuyos negocios hacen realidad sistemáticamente la transición hacia economías bajas en carbono. Estar a la vanguardia de sistemas energéticos más descarbonizados, descentralizados, digitales y eficientes energéticamente son una prioridad para ENGIE.

El enfoque de ENGIE con respecto a la sostenibilidad es doble: en primer lugar, descarbonizando su negocio y su propia producción de energía; y, en segundo lugar, ofreciendo soluciones a sus clientes que les permitan reducir sus costes, su consumo de energía y sus emisiones de CO2, apostando por las fuentes de energía renovables y la eficiencia energética. Hoy, la estrategia del Grupo energético es más relevante que nunca. En particular, su visión de una combinación equilibrada de todos los tipos de energía - electricidad y gas renovables, nuclear, gas natural - les permite avanzar hacia una transición fiable, sostenible y asequible. En ENGIE, la transición energética no sólo es un concepto, es una realidad. También es un enorme reto, exigente y apasionante al mismo tiempo.

La transición energética no puede ser sólo un éxito tecnológico; las dimensiones social y humana son claves para conseguir una transición justa

Pero para superar esta crisis y hacer que la transición energética sea un éxito, en ENGIE no solo trabajan en el lado de la oferta, sino también en el de la demanda de energía. Por eso es tan importante la eficiencia energética. La transición energética no puede ser sólo un éxito tecnológico; las dimensiones social y humana son claves, con el objetivo de una transición justa. Para construir este sistema energético del futuro, con bajas emisiones de carbono, hay que hacer muchos cambios. Y una gran mayoría de ellos se producen en nuestras pautas de comportamiento y en nuestra forma cotidiana de consumir energía y de relacionarnos con el medio ambiente.

La ambición del Grupo es hacer de la energía y los servicios asociados una fuente de progreso y desarrollo. Proporcionar una energía segura, de consumo más eficiente, accesible al mayor número de personas posible y respetuosa con las personas y el planeta. Y para medir este compromiso, ENGIE se ha fijado un ambicioso objetivo: conseguir cero emisiones netas de  CO2 en todas sus actividades para el año 2045. Este compromiso está reconocido por la Iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia (SBTI), certificando que está alineado con el Acuerdo de París de 2015. ENGIE pretende hacer frente a la emergencia climática contribuyendo a mantener el aumento de la temperatura global en este siglo muy por debajo de los 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales.

En este momento sin precedentes, ENGIE está realmente a la vanguardia. En España, por ejemplo, ha construido y puesto en marcha casi 600 MW de energía renovable (eólica y fotovoltaica) en sólo cuatro años. Además, ha adquirido SOFOS Energía, compañía experta en la promoción, tramitación, diseño, construcción y operación de soluciones fotovoltaicas centralizadas y descentralizadas, y EOLIA, primer productor independiente de energía renovable de España. Asimismo, ha puesto en marcha numerosos proyectos de eficiencia energética y descarbonización en la industria, como el reciente proyecto con Heineken para la construcción de una planta termosolar en Sevilla. Hacer posible esta transición de la mano de sus clientes es un reto tremendo e ilusionante, que sería imposible sin el enorme compromiso y buen hacer de los 1.700 excelentes trabajadores claramente comprometidos con la construcción de una sociedad más neutra en CO2.

En definitiva, tener un propósito claro y una estrategia robusta que identifique, mida y ejecute acciones de sostenibilidad (económica, ambiental y social) genera confianza, atractivo y ventajas competitivas. La sostenibilidad es una filosofía, una actitud y una forma de gestionar la empresa que busca alinear el comportamiento ético de la organización y la gestión responsable de sus actividades con la obtención del mejor rendimiento posible, creando valor de muy diversas formas y trascendiendo los resultados económicos. La sostenibilidad no es una moda desde hace tiempo, sino que debe ser un eje transversal de las estrategias de negocio de cualquier empresa que quiera crear valor a largo plazo, y la única forma de asegurar su viabilidad.