La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha advertido este miércoles a los bancos de que quiere pactar con ellos con conjunto de iniciativas para ayudar a los hipotecados que se vean en problemas para pagar sus cuotas por la subida disparada del euribor, no una sola medida estrella. "Son muchas las propuestas que se están poniendo sobre la mesa y vamos a analizarlas para que cuanto antes podamos tener un catálogo de medidas que puedan apoyar a las familias", ha afirmado durante una visita a la sede del Banco Central Europeo (BCE) en Alemania.

La número dos del Ejecutivo ha tomado así posición ante las distintas iniciativas de la banca que se han ido conociendo, como la propuesta de CaixaBank de congelar las cuotas de los hipotecados en apuros durante un año, adelantada por este diario la semana pasada. Este mismo miércoles se ha conocido otra, desvelada por la Agencia EFE: alargar el plazo de las hipotecas a tipo variable sobre primera vivienda firmadas desde 2012 (lo que reduce las cuotas) en aquellos casos en que las cuotas suban al menos un 30% tras su revisión por el alza del euribor. Según algunas fuentes, se trataría de alargarlos en hasta cinco años, siempre que el plazo total no supere los 40.

Calviño, así, ha dejado claro que no quiere una sola medida, sino un conjunto de iniciativas (hay otras posibles como periodos de carencia en el pago, reducciones del tipo o conversión a tipo fijo) que se puedan aplicar en función de las características de cada caso. Es de hecho como funciona el Código de Buenas Prácticas creado en 2012 para reestructurar hipotecas a familias vulnerables. Las medidas que se están negociando ahora para un colectivo más amplio se articularán probablemente como un anexo al mismo de un año de duración en principio, o como alternativa como un nuevo código o protocolo que las entidades se comprometan voluntariamente a cumplir.

Más pronto que tarde

Las reuniones a nivel técnico y a nivel institucional se están sucediendo estos días y lo previsto es que el anuncio del plan tenga lugar más pronto que tarde, aunque las fuentes consultadas no se atreven a ponerle fecha. "Estamos trabajando intensamente con el sector financiero para aliviar la situación de las familias y para evitar que se pueda producir algún tipo de riesgo o inestabilidad financiera derivada de esta alza de los tipos de interés", ha confirmado Calviño.

La propuesta que las patronales bancarias han trasladado al Gobierno mantiene el criterio del código de buenas prácticas de 2012 de que los beneficiarios deban tener un máximo de ingresos de tres veces el IPREM (es decir, 24.318 euros al año). En cambio, se ha reducido del 50% al 40% el peso mínimo de la cuota hipotecaria sobre los ingresos netos del conjunto de los miembros de la unidad familiar. También se ha rebajado que el pago de la hipoteca haya elevado su peso sobre la renta familiar en al menos 1,3 veces, en lugar de las 1,5 veces del código de 2012.