España lleva meses enviando cada vez más electricidad a sus países vecinos -a todos- en plena crisis energética. Las exportaciones de energía del sistema eléctrico durante el pasado agosto aceleraron su incremento y marcaron nuevos máximos históricos, superando los registros mensuales de toda la serie histórica de Red Eléctrica de España, que contabiliza los intercambios internacionales de electricidad desde principios de 1990. Nunca antes se había vendido tanta electricidad al exterior en ningún mes de las más de tres décadas desde que existen datos oficiales.

En agosto, el sistema eléctrico español exportó un total de 2.924 gigavatios hora (GWh) de electricidad al resto de países con los que existen conexiones (Francia, Portugal, Marruecos y Andorra), un nivel desconocido hasta ahora, impulsado por los problemas para garantizar completamente el suministro en los mercados francés y portugués.

El mes pasado España sólo importó 126 GWh en todo el mes de sus vecinos, un nivel también anómalamente reducido. Así que el saldo exportador español marcó también un récord histórico de 2.798 GWh en agosto, según los registros de Red Eléctrica de España (REE), el operador del sistema eléctrico nacional y gestor de las redes de transporte de alta tensión.

Interconexión, al límite

Francia se está viendo obligada a comprar electricidad a todos los países con los que está interconectada debido al parón de más de la mitad de sus nucleares por problemas de corrosión y de peligro de sobrecalentamiento (32 de los 56 reactores del mercado galo no están operativos). En agosto las compras galas a España marcaron un récord de 1.484 GWh y también lo hizo el saldo neto importador de 1.451 GWh.

Según los datos de REE, en agosto se exprimió al límite la operativa de las interconexiones entre ambos países por los Pirineos, que funcionaron a su máxima capacidad durante el 99,3% de las horas de todo el mes para mandar electricidad al mercado francés.

España también está aumentando sus exportaciones de electricidad a Portugal, alcanzando hasta una cuarta parte de la demanda eléctrica del mercado luso. Portugal, un país muy dependiente de la producción de sus centrales hidroeléctricas, está sufriendo los efectos de la sequía y está recurriendo a comprar electricidad al mercado español para garantizar el suministro. En agosto las exportaciones a Portugal alcanzaron los 1.122 GWh (con un saldo exportador de 1.044 GWh), pero algunos meses de este mismo año se han alcanzado cotas mayores y el récord se marcó en febrero con compras de 1.435 GWh (un saldo neto de 1.373 GWh).

Plan de ahorro

España consiguió el mes pasado reducir un 1,2% su consumo de electricidad (con una caída del 3,8% si se descuenta el efecto de las diferentes meteorología y laboralidad entre años) en el primer mes de aplicación del paquete inicial de medidas de ahorro del Gobierno, que incluye el apagado de escaparates a partir de las 22.00 horas o la regulación del termostato de edificios públicos y oficinas.

Las eléctricas españolas están aumentando con fuerza en los últimos meses el uso de sus centrales de gas para producir electricidad -en lo que va de año se ha duplicado- debido a la caída de la generación de las hidroeléctricas por la sequía, por la de menor aportación de las renovables, y para cubrir las exportaciones disparadas de electricidad a Francia por el parón de más de la mitad de sus centrales nucleares y también a Portugal por la sequía.

La demanda extra requerida por los mercados francés y portugués se está cubriendo con una mayor producción de los ciclos combinados (las centrales que queman gas para producir), y el Gobierno da por hecho que ese uso adicional de gas para cubrir las necesidades energéticas de países vecinos en una situación de crisis podrá descontarlo del cálculo del ahorro del 7% de gas comprometido con Bruselas, como adelantó El Periódico de España. Pero la Comisión Europea de momento deja en el aire el plan español y no da por seguro que el Ejecutivo pueda utilizar esa excepción hasta que concrete cómo articular las medidas obligatorias de ahorro en caso de que se declare el estado de alerta en la UE.

La excepción ibérica

El récord de exportación de electricidad a Francia está reduciendo el impacto positivo de la excepción ibérica, el mecanismo con el que España y Portugal aplican un tope al precio del gas que se utiliza para producir electricidad -que ha tocado máximos en los últimos meses por la invasión de Ucrania por parte de Rusia- para bajar el recibo de la luz. Los consumidores franceses se benefician del menor precio que registra el mercado eléctrico español, pero no pagan la compensación que sí abonan los clientes españoles y portugueses a las eléctricas con centrales de gas para cubrir sus costes reales y que no produzcan a pérdidas.

Desde el PP se subraya que la excepción ibérica está sirviendo para subvencionar la electricidad que se exporta a Francia (más de 500 millones de que entró en vigor en junio, según sus cálculos) y para disparar las importaciones de gas tanto desde Rusia como desde la propia Francia para cubrir la demanda extra de las centrales de gas para producir electricidad.

El Gobierno defiende que la excepción ibérica funciona, subrayando que en los tres meses en que ha estado en marcha la excepción ibérica -entró en vigor el pasado 15 de junio-, los consumidores españoles se han ahorrado 2.300 millones de euros por haber conseguido contener el precio del mercado mayorista de la electricidad, incluso con la compensación abonada a las centrales de gas.