La electrificación está comportando cambios importantes en los fabricantes automovilísticos. Algunos de estos cambios son estructuralmente importantes, como la decisión tomada por algunas marcas, como Ford, de separar sus negocios de vehículos eléctricos y de vehículos de combustión, para rentabilizar mejor los nuevos vehículos y optimizar los costes dedicados a los coches tradicionales. Parece ser que el Grupo Renault será otra de las marcas que sigan este camino, aunque el consorcio francés todavía no lo ha confirmado. No obstante, de decidirse a hacerlo, ya tiene interesados en comprar parte del negocio de los coches de combustión, el Grupo Geely y una compañía petrolera.

Según explican a Reuters fuentes al tanto de la negociación, una de las dificultades en las que se encuentra Renault es que uno de sus socios de la AlianzaNissan, no estaría interesada en adquirir una participación de esta división. La firma del rombo, según los planes iniciales, pretende controlar la mayoría de su futura división de eléctricos, llamada “Ampère”, pero solo quedarse una parte, de alrededor del 40%, de la de coches de combustión. Según las primeras informaciones, el grupo Geely querría otro 40% y la compañía petrolera, de la que no ha trascendido el nombre, el restante 20%.

Está previsto que Renault desvele sus planes respecto a esta división de sus negocios este mismo otoño, dando más detalles sobre todas las operaciones que se derivarán y sobre cómo quedará su relación con Nissan y Mitsubishi -sus socios de la Alianza-, porque la primera no tienen ninguna intención de participar ni de seguir los pasos de Renault en el futuro en el enésimo desencuentro entre las dos compañías.

Más fondos para dedicar a la electrificación

La lógica que le ve Renault a esta operación responde a la necesidad de tener fondos para invertir en su electrificación. Su división, y posterior venta de partes de la unidad de combustión, le reportaría ingresos instantáneos y le permitiría compartir, junto a sus nuevos socios, las inversiones necesarias para mantener los vehículos tradicionales mientras sigan lanzándose al mercado. Tanto el nuevo capital como el ahorro en futuras inversiones serviría para financiar el despliegue eléctrico que la marca planea para el futuro.

Según sus planes, Renault quiere ser una marca 100% eléctrica en 2030 en Europa y, mientras los planes de la Alianza pasan por invertir 23.000 millones de euros hasta ese año, para que lleguen 35 nuevos modelos entre las tres marcas, la mayoría basados en una plataforma común, se desconocen estrategias comunes para después de ese año. En abril, algunas informaciones apuntaban a que Renault, que posee un 43% de Nissan, podría vender parte de esa participación en la japonesa para pagar su electrificación, pero no ha habido más movimiento en esa línea.

Geely, un viejo conocido para Renault

Geely es uno de los grupos automovilísticos más grandes del mundo. Máximo accionista de Mercedes-Benz AG y dueño de Volvo GroupLotus Group y London Electric Vehicle Company, el consorcio chino busca continuamente oportunidades para crecer globalmente, una vez asegurado su lugar en los mercados asiáticos. El año pasado, Geely vendió más de 1,36 millones de coches en todo el mundo.

De prosperar la operación tras una futura división de sus negocios, esta sería la segunda venta de activos de Renault a Geely en apenas un año. A principios de mayo, el grupo chino se hizo con el 34,02% de Renault Korea, la división surcoreana de la firma francesa, por 196 millones de euros. Para Renault, esta maniobra supuso aliviar el peso de una unidad de negocio que no ha cumplido con las expectativas del grupo a nivel de ventas, mientras que para Geely suponía la entrada en Corea del Sur en un movimiento estratégico para acercarse a algunos de los fabricantes de baterías más importantes: LG Energy Solution, SK Innovation y Samsung SDI.