Los precios no dejan de subir, y el último dato correspondiente al mes de junio confirma un IPC del 10,2% por la subida de la energía y los alimentos. Por ello, es importante intentar ahorrar donde se puede. Hacer la compra se ha convertido en, prácticamente, un lujo y llenar el carro es cada vez más difícil. Si sigues estos consejos, podrás reducir la factura del supermercado.

Apostar por las marcas blancas

Por lo general, los productos de marca propia de los supermercados son más baratos que los de marcas externas. Esto no quiere decir que sean de calidad inferior, pues es habitual que estos productos se fabriquen en la misma fábrica e, incluso, sean iguales a los productos de marca.

Ir a hacer la compra a última hora de la tarde

Si la persona suele comprar una gran cantidad de frutas y verduras, suele ser habitual encontrar los productos frescos más baratos justo antes del cierre. Esto se debe a que los supermercados suelen lanzar ofertas para evitar tirar lo que les ha sobrado.

Llevar bolsas desde casa

Si llevamos nuestras bolsas desde casa, tendremos más claro qué tenemos que comprar y no nos excederemos. Además, aunque pueda parecer un gasto insignificante, si cada vez que compramos debemos adquirir bolsas, estaremos gastando un dinero que podríamos haber ahorrado.

No hacer la compra con hambre

Acude al supermercado con el estómago lleno. Si el consumidor tiene hambre, será más impulsivo a la hora de realizar la compra y adquirirá cosas que, en otra situación, no las habría metido en la cesta.

Tener cuidado con las estrategias de marketing

Los establecimientos utilizan una serie de tácticas para hacer que el consumidor compre más cosas de las que necesita. Las más conocidas son los precios mágicos o las ofertas como "compra dos al precio de uno". Sin embargo, si la unidad familiar es pequeña es mejor adquirir envases individuales o productos por piezas, ya que no se utiliza tanta comida.

Si acudimos físicamente al supermercado, la disposición de los productos esenciales está hecha de tal forma para obligar al público a pasar por todos los pasillos. Se suelen poner los productos más caros a simple vista, pero, revisa en la parte inferior de la estantería por si hay opciones más baratas. Esto sucede debido a que a nadie le gusta agacharse.

Una mujer compra en una tienda de productos a granel. Jordi Otix

Comprar a granel

Algunos productos que se venden en grandes envases se pueden comprar a granel en pequeñas tiendas cercanas. Evitar ir al supermercado y acudir a tiendas especializadas nos ayudará a comprar únicamente lo que necesitamos. Por ejemplo, en eco-Córdoba puedes adquirir productos de limpieza a granel.

Comprobar los precios de distintos supermercados

Aunque es una tarea ardua, comprobar los precios de los productos y elegir el supermercado en función de lo que tengamos que comprar reduce considerablemente nuestra factura a final de mes. Para facilitar el trabajo, existen varias aplicaciones que ayudan a comparar los precios de los productos en todos los supermercados como Ofertia o Soysuper.

Comprar productos frescos

En la medida de lo posible, evita comprar productos precocinados ya que, por regla general, suelen ser más caros. Si bien es cierto que podemos ahorrar tiempo con este tipo de alimentos, siempre sale más barato comprar por separado los ingredientes que el plato ya listo.

Una mujer hace la compra en un supermercado. FERRAN NADEU

Hacer una lista de la compra

Antes de ir a comprar, haz un listado detallado de lo que necesitas y no te salgas de él pase lo que pase. Esta es fórmula clásica más fácil de no comprar nada que no necesitas, ya que gracias a él evitarás las compras compulsivas.

Aprovecha las tarjetas de fidelización

En diferentes supermercados te ofrecen diferentes tarjetas con una gran cantidad de descuentos. Por ejemplo, Carrefour ofrece una tarjeta a menores de 30 años con la que reducen el coste de los productos de primera necesidad. Es una buena idea para ahorrar, pero ten cuidado con ofertas innecesarias.

Aprovechar las ofertas

Si tienes una buena despensa, puedes sacar provecho de aquellas ofertas que te ofrecen más cantidad por menor precio en alimentos no perecederos. También podemos usar esta técnica para productos de limpieza o papel higiénico.