El alza de los precios este 2022 ha evidenciado uno de los axiomas típicos en el sector de la distribución; que aunque suban los precios siempre hay que comer. La consultora Kantar ha divulgado este martes un estudio en el que constata que el consumo está actualmente más marcado por el fin de la crisis sanitaria que por el alza de los precios. La idea es que los españoles siguen consumiendo en el supermercado pese a que suben los precios, solo que las grandes cadenas de supermercados están aprovechando para elevar las ventas de sus propios productos (la marca blanca) frente a los de las primeras marcas: "Se observa un desarrollo de la marca de la distribución empujado por el incremento de oferta de los detallistas, no por la demanda de los consumidores", afirman los expertos de Kantar. Es decir, "ante la subida de precios, los españoles no optan por comprar menos alimentos y bebidas, sino que reducen antes su gasto en otros productos y servicios", concluye Kantar.

La estrategia de las cadenas de supermercados ha sido clara, controlar la percepción del precio de la cesta por parte de los consumidores "compensando el incremento de precios con el alza de la cuota en el carro de la compra de la marca blanca o productos de precios más bajos".

El director general ejecutivo de Kantar, división Worldpanel, Jorge Folch, ha señalado que con la reversión de la pandemia, era de esperar una normalización del sector del gran consumo, si bien ha indicado que el inicio del año ha estado marcado por el repunte de la inflación, la guerra de Ucrania, la crisis de transporte o la recuperación del fuera del hogar (OOH). En este contexto, lo que más se percibe es la pérdida de confianza de los consumidores, que tienden a recortar gastos suntuarios.

Los expertos están especialmente atentos a ver hasta que medida se recupera la frecuencia de consumo. "Aunque nueve de cada 10 personas ya hemos vuelto a consumir fuera de casa, la recuperación máxima vendrá de la mano del 'heavy consumer' y con el aumento de la frecuencia de consumo, que todavía es un 23% menor", explica Cristina García Fuente, experta en consumo fuera del hogar de Kantar.

César Valencoso, experto de Kantar, la evolución de los precios es el factor más preocupante a corto plazo y se debe al fin de la crisis sanitaria y a las políticas monetarias implementadas, agravadas con la guerra y la huelga de transportistas. Valencoso ha indicado que la inflación no afecta igual a todos los sectores: en el caso de productos de gran consumo, se situó en un 4,9% entre enero y abril de este año -sin frescos perecederos-, la cual, según indica, es alta, pero más suave que la inflación general, que se acercó al 10%. Los análisis de la consultora confirman que la inflación y la demanda no están correlacionadas, debido a que se trata de productos de necesidad básica. A pesar de que solo un 35% de los consumidores buscan activamente ajustar su gasto, la alarma social y el incremento de oferta de productos de menor precio puede llevar a otros a comprar productos de categorías más baratas, a través de la marca blanca o de distribuidor, provocando lo que se denomina el efecto 'downtrading'. Según la consultora, este efecto todavía no es muy pronunciado, pero podría llegar a serlo en un futuro próximo. La marca blanca ya tiene más de un 40% de cuota de mercado.