La Unión Europea debate estos días cómo frenar el impacto de la escalada de los costes de la energía sobre los ciudadanos, algo para lo que el Reino Unido aplica desde 2017 un tope a los precios que pagan los hogares en sus recibos.

El límite que las compañías energéticas en el Reino Unido pueden cobrar a sus clientes aumentará un 54% a partir del 1 de abril, como consecuencia del encarecimiento del gas y el petróleo en el mercado mayorista global.

Ese regulador británico del sector energético, Ofgem, anunció el pasado 3 de febrero este incremento del coste para los hogares, que se aplicará al menos hasta el 30 de septiembre, cuando se revisará la situación.

Al anunciar la medida, Ofgem explicó que es necesaria para hacer frente a "un aumento récord de los precios mundiales del gas en los últimos seis meses", provocado por un auge de la demanda tras la pandemia y exacerbado por la guerra en Ucrania.

El organismo calcula que la subida del tope máximo afectará a unos 22 millones de personas, en especial a aquellos sin contratos de tarifa fija (hoy ya minoritarios), aunque algunos proveedores podrían decidir mantener sus precios por debajo del límite oficial.

En todo caso, Ofgem estima que los ciudadanos con tarifas duales básicas de electricidad y gas que pagan por domiciliación bancaria verán aumentar su factura en una media de 693 libras (833 euros) anuales, hasta 1.971 (2368 euros), mientras que los clientes de prepago pagarán unas 708 libras (850 euros) más hasta unas 2.017 libras (2.422 euros).

El tope se aplica para impedir que las compañías energéticas "obtengan ganancias excesivas" y ofrezcan un precio acorde con el mercado a los clientes, pero al mismo tiempo los proveedores deben poder subir el precio si se encarece la materia prima.

"Dado que el precio tope se actualizó por última vez el pasado agosto, el nivel actual no refleja el aumento sin precedentes en los precios del gas que ha ocurrido desde entonces", mantiene Ofgem.

El regulador dice que "las empresas de energía no pueden permitirse suministrar electricidad y gas a sus clientes por menos de lo que han pagado por ello".

Según datos oficiales, 29 energéticas, en particular las que tenían muchos clientes con tarifas fijas, han salido del mercado británico o han quebrado a raíz del aumento de los precios globales del gas.

El Gobierno del primer ministro, Boris Johnson, ha introducido varias ayudas para contrarrestar el aumento de la factura energética, entre ellas un descuento puntual en el impuesto municipal a los hogares más desfavorecidos.

Como apoyo a todos los ciudadanos, ofrece además unos préstamos a las compañías para que a partir de octubre ofrezcan un descuento en la factura eléctrica equivalente a unas 200 libras (240 euros) anuales.

Este descuento se recuperará automáticamente a partir de 2023 de las facturas de los hogares en cuotas de 40 libras (48 euros) al año durante cinco años.