Javier Valls-Taberner (Barcelona, 1930), el que fuera copresidente del hoy desaparecido Banco Popular entre 1989 y 2006, ha fallecido este martes en Madrid. Con él desaparece uno de los últimos representantes de los ejecutivos que lideraron los conocidos como 'siete grandes' bancos de los 80 (Banesto, Hispano Americano, Central, Bilbao, Vizcaya, Santander y el propio Popular). Junto con su hermano Luis (Barcelona, 1926-2006), dirigió la época más brillante de su entidad, antes de ceder el testigo a Ángel Ron, cuya apuesta por el sector inmobiliario terminaría provocando la intervención del banco y su venta al Santander por un euro en 2017, ya bajo la presidencia de Emilio Saracho.

Luis y Javier, de caracteres y habilidades distintas pero complementarias, formaron una dupla de éxito al frente de la entidad fundada en 1926 por el político conservador Emilio González-Llana y fuertemente vinculada al Opus Dei desde los años 40. El hermano mayor, numerario de dicho movimiento católico y uno de los banqueros españoles más respetados del siglo pasado, se ocupaba del día a día de la organización y el negocio y era la auténtica alma mater del banco. Pero Javier, que no pertenecía a la organización religiosa, aportaba su don de gentes y su perfil internacional para representar a la entidad ante las autoridades e instituciones nacionales e internacionales y los grandes inversores globales.  

Su carrera en el Popular fue de la mano de la de su hermano. Luis se incorporó a la entidad en 1957 como vicepresidente y Javier ingresó en la misma en 1963 como consejero adjunto a la presidencia. En 1972, el hermano mayor llegó a la presidencia y el menor, a la vicepresidencia. Desde 1989, los dos fueron copresidentes. Bajó su mandato, el banco se convirtió en uno de los más eficientes y solventes de Europa gracias a su apuesta por el control de costes. La prudencia en la gestión le llevó a asumir menos riesgos y crecer menos que otros rivales, pero le permitió ser especialmente fuerte en el lucrativo negocio de las pymes y mantener su independencia pese al interés de otros bancos por comprarlo.  

El fin de la prudencia

Una anécdota al respecto, contada por el propio Javier en un artículo en 'La Vanguardia' en 2013. En 2002, el entonces consejero delegado Fulgencio García Cuéllar, a quién discretamente se refiere como un "director experimentado", decidió "meter al banco en una operación inmobiliaria exitosa". Pero, "a pesar del éxito, nosotros no estábamos dispuestos a tener que vender pisos si la cosa iba mal. Nos salimos amigablemente de la operación. Prohibimos en adelante estas operaciones especulativas y sacrificamos al director. Fue un verdadero ‘oráculo’ como diría (el escritor jesuita del siglo XVII Baltasar) Gracián", explicó sobre la decisión de despedir al ejecutivo. 

En 2004, a los 78 años, Luis dimitió como presidente del consejo de administración del banco, aunque se mantuvo como presidente de la junta de accionistas. En su lugar, la entidad nombró a Ángel Ron, con Javier manteniendo el cargo de copresidente. "Más allá de un cambio de personas, que no es poco, no provocará cambios en el modelo de gestión, basada en la eficiencia y la solvencia", aseguró el nuevo ejecutivo. En 2006, falleció el hermano mayor y apenas un mes después dimitió el pequeño a los 75 años, entre rumores de que el Opus Dei le había presionado para que saliera. A partir de entonces, la tradicional prudencia del Popular se convirtió en cosa del pasado, hasta que el estallido de la burbuja inmobiliaria se llevó el banco por delante. 

Formación y familia

Los dos banqueros procedían de una familia catalana de industriales conservadores y eran hijos de Fernando Valls Taberner, jurista, historiador y político. Javier cursó estudios en Roma, Pamplona y Barcelona, donde se licenció en derecho en 1952. Posteriormente se matriculó en la Universidad de Columbia de Nueva York para formarse en materias comerciales, jurídicas y bancarias. Su vocación internacional le llevó a aprender inglés, francés, italiano, holandés y alemán, así como a trabajar para la empresa holandesa de fibras sintéticas Algemene Kunstzijde Unie de Arnhem.

Estaba casado con Christina Muls Delassue y era padre de dos hijos empresarios: Cristina (casada con el presidente de Naturgy, Francisco Reynés) y Luis. Según informó el banco en su día, entre sus aficiones estaban la música, el arte, la cultura y los viajes, además de los deportes náuticos, la práctica del esquí y la del golf. Fue también miembro del Consejo Internacional de Allianz AG e HypoVereinsbank, consejero de Gas Natural y la Seda de Barcelona, y patrono de la Fundación Ayuda contra la Drogadicción, la Fundación Carlos de Amberes, la Fundación Hispánica y la Fundación Principado de Asturias.