Las negociaciones de Yolanda Díaz con ERC para mantener unido al bloque de la investidura ante la reforma laboral no parecen estar dando resultado. Los republicanos catalanes hicieron este jueves frente común con EH Bildu, la CUP y el BNG contra el acuerdo entre patronal y sindicatos. Salvo que el Ejecutivo se abra a modificar el texto, el próximo 3 de febrero votarán 'no' en el Congreso. Y el PSOE, con la alternativa de Ciudadanos y los partidos minoritarios en mente, no está por la labor de hacer ningún cambio. Aun así, la vicepresidenta segunda del Gobierno no se da por vencida y continuará negociando hasta el último minuto con los republicanos catalanes.

Un día después de que Díaz se reuniera en Barcelona con CCOO y UGT para alabar la reforma laboral e incrementar la presión sobre ERC, la formación liderada por Oriol Junqueras presentó en el Congreso una declaración junto a EH Bildu, la CUP y BNG para denunciar que el acuerdo resulta "insuficiente". "Mostramos nuestra absoluta y sincera voluntad para abrir un proceso de diálogo y negociación con el Gobierno y las fuerzas que lo componen, con el fin de alcanzar un acuerdo que permita aprobar una reforma laboral ambiciosa", sentenciaron.

Solo dejaron un camino al Gobierno a cambio de sus votos: tramitar la reforma laboral como proyecto de ley para incluir sus exigencias. Solo así el Ejecutivo logrará "una amplia mayoría" en el Congreso con el respaldo de las "fuerzas soberanistas y de izquierdas", avisaron. Pero el PSOE no está dispuesto a tocar el texto ante las amenazas de la CEOE. El presidente de la patronal, Antonio Garamendi, insistió este jueves que "no se debe cambiar ninguna coma": "Si sale otro acuerdo, será otro acuerdo, no será el nuestro".

Explorar el acuerdo

La portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, señaló que la declaración conjunta ofrece al Gobierno una "alternativa" al apoyo de Cs y las advertencias de la CEOE. La diputada abertzale, al igual que hicieron sus homólogos de la CUP y BGN, Mireia Vehi y Nestor Rego, respectivamente, recalcó su 'no' al acuerdo actual, pero el portavoz de ERC y principal negociador del partido en materia laboral con el Gobierno, Jordi Salvador, no fue tan contundente. Desdeñó las presiones ejercidas por Díaz, reclamó "absoluto respeto" a la tramitación parlamentaria y defendió su "derecho" a modificar el texto, pero dejó una puerta abierta al diálogo con el Ejecutivo.

"Si no se hace como proyecto de ley, tendremos que hacer un acto de fe en el que hacen falta más partidos", aseveró Salvador dando a entender que ven un posible entendimiento en la propuesta de Unidas Podemos de negociar más adelante sus exigencias a la reforma laboral a través de otras vías legislativas. En cambio, el sector socialista del Ejecutivo no está dispuesto. Así, Salvador instó a la vicepresidenta segunda a convencer a sus socios de Gobierno para que se inclinen por abrir la negociación. "Si no hay seriedad en hacer las cosas bien, yo no puedo avalar esta reforma", dijo.

ERC mantiene la puerta abierta a pactar futuros cambios legislativos que incluyan sus peticiones

Además, Salvador reconocido que el trato con la ministra de Trabajo es "diferente" al del PSOE. "Hay un intento por su parte, pero esto es una coalición de Gobierno", admitió. En este sentido, desveló que ha habido "intercambios, propuestas y cosas en las que se podrían llegar a acuerdos", aunque no hay nada cerrado.

Margen de maniobra

Unas horas después, Díaz no daba por perdido el apoyo de los republicanos catalanes. "No sé si saben en Catalunya que nunca me levanto de la mesa. Es decir, que voy a agotar esa negociación", apuntó tras visitar la sede central de Seat en Martorell (Barcelona). La vicepresidenta aseguró que continúan las conversaciones con Jordi Salvador y que confía en que "lo antes posible" puedan anunciar que la reforma laboral "no está en riesgo". Preguntada sobre el estado de esas conversaciones y si cree que los socios habituales del Gobierno se decantarán por el 'sí', pidió "respeto" a la negociación. "¿Es posible el acuerdo? Sí que es posible", concluyó.

No obstante, se antoja complicado. Pedro Sánchez parece dispuesto a arriesgar con la vía de Cs y el resto de partidos minoritarios (Teruel ExisteNueva CanariasCoalición CanariaPartido Regionalista de CantabriaPDeCatMás País y Compromís, estos últimos tres aún en duda), aunque esto suponga una votación de infarto -176 votos a favor frente a 174 en contra- en el que la ausencia de un simple diputado podría echar por tierra el acuerdo entre patronal y sindicatos. Además, el ala socialista del Gobierno ya ha avisado a Díaz de que no caben cambios en la reforma laboral sin el aval de los agentes sociales. Esta consigna se aplica tanto a la actual norma como a posibles modificaciones legislativas en el futuro. Es decir, echan por tierra un posible acuerdo con ERC para atraerlos al 'sí' a cambio de introducir sus demandas en próximas leyes.

Pese al aparente bloqueo que suponen las posiciones de cada parte, fuentes cercanas a la vicepresidenta segunda aseguran que "hay margen" para sacar adelante un acuerdo.