En la madrugada del pasado 1 de noviembre se echaba el cierre a las llaves de paso del gasoducto Magreb-Europa (GME), que hasta entonces alimentaba el sistema gasista español uniendo los yacimientos de Argelia con Cádiz pasando primero por Marruecos. Lo hacía justo el día en que la instalación cumplía 25 años, el día que expiraba la concesión de explotación del tubo para la que no hubo renovación. El gasoducto se cerró y España se quedaba sin su principal vía de acceso de gas natural por tubería.

El cerrojazo al gasoducto es consecuencia directa del choque diplomático que enfrenta a Argelia y Marruecos a cuenta del Sáhara Occidental. Las siempre complicadas relaciones entre los dos países magrebíes quedaron totalmente rotas el pasado agosto. Y tras meses insinuando que no se renovaría la explotación de gas por Marruecos (que no sólo llega a Europa, sino que también alimenta parte de las necesidades del país alauí) pero sin anunciarlo con firmeza, Argel finalmente optó por cortar el paso de gas.

Con las relaciones rotas entre Argelia y Marruecos y con las relaciones tocadas entre España y Marruecos, tratar de encontrar soluciones pactadas al conflicto del tubo se ha complicado sobremanera en los últimos meses. No hay perspectiva temporal alguna para reabrir el gasoducto Magreb-Europa. Ninguna. Y todas las partes implicadas dan por hecho que el cierre, no siendo irreversible, irá para largo.

Empresas y organismos de los tres países, no obstante, están participando en garantizar el mantenimiento del gasoducto cerrado. Sin ese mantenimiento y sin inyectar en el tubo la presión interior suficiente -similar a la que tendría si siguiese en funcionamiento-, la instalación quedaría inutilizada con el tiempo. Sin esas labores, un gasoducto en el que se han ejecutado inversiones de unos 1.800 millones de euros se echaría a perder. Y ninguna de las partes directamente implicadas parece dispuesta a que eso suceda.

Ni se trata de una alianza ni hay acuerdo suscrito alguno, en esto insisten a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA varias fuentes del sector gasista al tanto de la situación. Pero desde el mismo día del cierre, en los tres tramos diferenciados del gasoducto -el argelino, el marroquí y el submarino que llega hasta España- se están realizando los trabajos necesarios de mantenimiento. Con trabajos independientes, pero con el mismo objetivo de asegurar que el gasoducto sigue en buen estado y que podría reactivarse sin problemas cuando sea necesario.

Enagás se encarga del mantenimiento del tubo en todo su trayecto bajo el mar del Estrecho de Gibraltar, tanto en aguas marroquíes como en las españolas. En el recorrido en suelo marroquí, la Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas (Onhym) coordina los trabajos y ha vuelto a encargar el mantenimiento a Metragaz, una sociedad controlada por la española Naturgy, la portuguesa Galp y en cuyo accionariado también tiene una participación muy menor también la propia Onhym. Y en el tramo en terreno argelino es la estatal local Sonatrach la encargada de seguir teniendo a punto la instalación para que no quede inutilizada.

Pruebas para ampliar Medgaz

Argelia es con mucho el mayor proveedor de gas para España, cubriendo en los últimos años en torno a un tercio de todo el aprovisionamiento del país, aunque este año ese peso ha escalado hasta el 47% del total. El gas argelino llegaba a España a través de dos gasoductos, uno que conecta directamente con Almería (Medgaz) y otro -el que ha dejado de funcionar- que llega a Cádiz pasando primero por Marruecos (Magreb-Europa ).

A pesar del cerrojazo, en las últimas semanas España ha obtenido garantías directas de que llegará todo el suministro de gas comprometido tras una doble visita a Argelia de alto nivel, tanto del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, como de la vicepresidenta Teresa Ribera. E incluso el Ejecutivo argelino se habría comprometido a cubrir una demanda mayor adicional si fuera necesario.

El problema es que todo el gas que llega de Argelia no cabe por el único gasoducto que sigue operativo. Según fuentes del sector, las compañías españolas mantienen acuerdos de compra de gas de en torno a 11.500 millones de metros cúbicos de gas al año. La capacidad de Medgaz -el gasoducto que seguirá funcionando- es actualmente de 8.000 millones de metros cúbicos y se ampliará hasta los 10.700 millones de metros cúbicos.

Inicialmente el objetivo que esa ampliación estuviese operativa este mismo mes, pero ahora Argelia aspira a tenerla lista en enero. Medgaz ya está haciendo pruebas elevando el volumen de gas transportado para asegurarse de que el aumento de capacidad podrá realizarse sin problemas.

Blindarse en invierno

El resto del suministro procedente de Argelia que no cabe por el tubo de Medgaz tendrá que realizarse por barco, y eso es más caro. Para transportarlo por mar, el gas primero ha de licuarse para meterlo en los tanques de los barcos, ha de realizarse el viaje en metanero y en su destino se tiene que volver a regasificar. Según coinciden desde el sector gasista, España puede verse golpeada por un encarecimiento del gas por tener que elevar sus importaciones por barco, pero no hay riesgo de suministro de cara al invierno.

España ha activado un plan de choque para disparar el número de barcos que traerán gas al país y ha decretado el aumento obligatorio de reservas de cara al invierno. Enagás, el operador del sistema gasista, ha celebrado dos subastas extraordinarias para aumentar la capacidad de descarga en las plantas regasificadoras del país, y ha adjudicado ya 45 slots adicionales a compañías gasistas para elevar el suministro por barco. Para el periodo invernal -entre noviembre y marzo- Enagás ha adjudicado un total de 136 slots de descarga en las plantas, una cifra muy superior a los 86 barcos que llegaron el invierno pasado.

El Gobierno decretó un aumento de las reservas obligatorias de GNL en el país de cara al invierno, desde los 3,5 días de consumo que se exigían hasta los 4 días en diciembre y febrero y de 5,5 días en enero. En cualquier caso, según los datos de Enagás, durante octubre se ha ido inyectando más gas en los almacenamientos subterráneos y ya están a un 81% de su capacidad. Y la contratación de tanques de GNL en las plantas regasificadoras españolas ha alcanzado en varias ocasiones el 100% de la capacidad contratable en las plantas de almacenamiento. En total, hay existencias suficientes para cubrir más de 40 días de consumo del país.