El gigante de la fertilidad español IVI-RMA prepara una de las grandes transacciones corporativas del próximo año. Según han confirmado diferentes fuentes financieras a 'El Periódico de España', medio que, al igual que este diario, también forma parte de Prensa Ibérica, que pertenece este diario, la compañía quiere aprovechar el enorme interés que ha despertado el negocio de la reproducción asistida en los últimos meses y planea su venta por una cantidad que podría superar los 1.500 millones de euros. Entre los interesados figuran grandes grupos hospitalarios nacionales e internacionales, así como fondos de capital riesgo que quieren aprovechar el gran potencial de crecimiento de esta industria. Por el momento, la compañía está preparando un proceso competitivo que arrancará antes de que concluya el año, con vistas a cerrar la transacción a principios de 2022, según indican las mismas fuentes.

El antiguo Instituto Valenciano de la Infertilidad (IVI) nació en el año 1990 de la mano de los doctores Antonio Pellicer y José Remohí, principales accionistas del grupo. En 2017 se fusionó con la estadounidense Reproductive Medicine Associates of New Jersey (RMANJ) creando uno de los grandes grupos mundiales en este sector. Esta alianza permitió a la española dar el salto a Estados Unidos mediante la integración de varias clínicas. En la actualidad, la compañía está presente en España, Panamá, Chile, Brasil, Argentina, Reino Unido, Portugal, Italia y EEUU. En total, suma 65 clínicas en nueve países y cuenta con una facturación de 300 millones de euros anuales. Anteriormente también estaba presente en Oriente Medio, pero vendió su negocio en esta región al fondo abudabí Gulf Capital por unos 90 millones de euros en 2020.

Hace un par de años, el grupo contrató al banco de inversión estadounidense Morgan Stanley para vender una participación minoritaria. Sin embargo, la operación se paralizó ante las diferencias entre los accionistas españoles y americanos sobre su visión a futuro sobre la compañía. El capital del gigante de la fertilidad se reparte entre los fundadores del antiguo IVI, que controlan la mayoría del capital del grupo (70%) junto a Carlos Bertomeu, presidente de Air Nostrum (5%); mientras que los americanos ostentan el 25% restante. En aquel momento, se llegó a plantear también una colocación en bolsa de la compañía, ante los problemas que pusieron varios inversores para comprar una participación minoritaria y no poder participar activamente en la toma de decisiones del grupo. Tras una remodelación del consejo a principios de este año, los accionistas han decidido retomar la venta, pero esta vez cediendo el control del grupo y elevando así el apetito de los inversores, según indican las diferentes fuentes consultadas. Con esta operación, darán un nuevo salto competitivo que les permitirá desarrollar nuevos servicios y llegar a más países.

'Boom' inversor

El momento para colgar el cartel de 'se vende' en IVI-RMA no es casual, pues el interés por la reproducción asistida está en máximos históricos. A principios de este año, el gigante alemán Fresenius (dueño de la española QuirónSalud) cerró la adquisición de las clínicas Eugin por 300 millones de euros; el fondo sueco EQT vendió la española Igenomix por 1.200 millones a Vitrolife, un grupo especializado que cotiza en la bolsa de Estocolmo; mientras que GeneraLife (la participada de Investindustrial, el fondo de la familia Bonomi) compró Ginemed a Sanitas este verano. Un apetito inversor que no cesa, según los expertos consultados, y que augura más transacciones corporativas en los próximos meses. "En España hay un importante número de proyectos innovadores de fertilidad que necesitan financiación para seguir creciendo, lo que les convierte en el objeto de deseo perfecto para los fondos de capital riesgo, que buscan negocios con alto potencial de crecimiento en sectores muy fragmentados. Además, los grandes grupos sanitarios también quieren posicionarse en este negocio, por lo que muchas veces recurren a adquisiciones específicas de clínicas que integrar en su red", explica un experto a esta publicación.

En los últimos años, España se ha convertido en una de las grandes cunas de la reproducción asistida a nivel mundial, a la vez que es el segundo país de Europa en el que más se retrasa la maternidad, solo por detrás de Italia. Mientras que en 1985 las mujeres españolas tenían a su primer hijo entre los 25 y los 26 años, en la actualidad el primer bebé llega en torno a los 32, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Pero no todo el éxito de estos centros en España viene de la mano de pacientes nacionales, sino también de las extranjeras que apuestan por realizar estos procedimientos médicos en España. Es más, en nuestro país se realizan entre el 40 y el 50% de tratamientos de reproducción asistida de Europa. Los motivos de elegir España para este tipo de procedimientos es muy variado: desde las innovadoras técnicas y la gran tecnología que se ha desarrollado en los últimos años, a una legislación que no es tan restrictiva como la de los países vecinos en materia de fertilidad.

Los últimos datos disponibles, correspondientes a 2018, revelan que en el país se realizaron casi 183.500 tratamientos de reproducción asistida, una cifra que crece casi a doble dígito cada año, según los datos de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (Eshre). Unos datos que le colocan por delante de otros grandes centros de reproducción asistida como Rusia o Francia. Tras el parón producido por la pandemia del coronavirus como consecuencia de las limitaciones de movimiento y del cierre temporal de establecimientos, el sector de la fertilidad ha vuelto a disparar su actividad mientras la vacunación mundial avanza y se aceleran los tratamientos paralizados durante este periodo.

Los orígenes del grupo

La historia de IVI-RMA se remonta a la década de los 90, cuando los doctores Antonio Pellicer y José Remohí crearon el germen de lo que se convertiría en el conocido Instituto Valenciano de la Infertilidad (IVI), el primer centro de reproducción asistida en España. Por aquel entonces, Pellicer y Remohí ejercían como residentes de Ginecología en el Hospital Clínico de Valencia, mientras investigaban todo lo relacionado con la fecundación in vitro. Esta técnica comenzaba a emplearse en Estados Unidos, pero en España apenas era conocida pues todos los problemas de fertilidad se trataban como un tema tabú. Después de hacer un programa fellowship en Norteamérica, los dos doctores se lanzaron a crear el IVI con sus ahorros y la ayuda de sus familias.

Una de las claves de su éxito fue apostar por la preservación de la fertilidad y el estudio genético, técnicas en las que fueron también de los pioneros en Europa, gracias a su fuerte compromiso con la investigación. De hecho, cada año dedican una importante suma de recursos a desarrollar el I+D+i dentro de la compañía. Ahora, tres décadas más tarde y tras su fusión con la americana RMA hace cuatro años, el grupo ha ayudado a traer al mundo a más de 250.000 bebés.