StockFink, una empresa nacida en Asturias, ha lanzado al mercado un método para ayudar a los inversores a tomar decisiones en Bolsa utilizando técnicas de inteligencia artificial. Juan Luis Fernández, catedrático de Matemáticas de la Universidad de Oviedo, lidera un equipo de catorce profesionales que ha desarrollado un sistema algorítmico para predecir el comportamiento de los mercados de valores. La startup trabaja con los tres del Ibex (Ibex35, IbexC e IbexS), además de en el Nasdaq-100 y el Euro Stoxx 50, pero ya tiene en estudio otros catorce mercados internacionales con vistas a evaluar su expansión. De entrada, para verificar el funcionamiento del método, la compañía ha efectuado un test de aciertos de sus pronósticos que ofrece posibilidades de éxito en el ochenta por ciento de sus estimaciones, sostienen los promotores. La prueba previa, en concreto, ha testado más de 16.000 predicciones y ha detectado opciones de obtener rentabilidades del entorno del uno por ciento en ocho de cada diez casos, del dos en el 65 por ciento de los supuestos y del tres en la mitad de las simulaciones.

En el equipo que ha dado forma a StockFink hay perfiles procedentes del mundo de la inteligencia artificial, la ingeniería, informática, las matemáticas, la biología molecular o la comunicación y la metodología básica del servicio que presta es simple. Los suscriptores reciben cada día por correo electrónico las predicciones marcadas por los algoritmos al cierre de mercado, con un termómetro que marca precios de entrada y salida y una recopilación de noticias para dotar de herramientas al inversor.

StockFink planea también impartir cursos de iniciación y enseñanza sobre su método predictivo, con un programa de conocimientos básicos de bolsa y ejemplos reales de aplicación de las predicciones. Además, suma a sus líneas de negocio el proyecto “Escuela de inversoras”, una iniciativa para introducir a la mujer en el universo de la compraventa de activos bursátiles, y prepara el lanzamiento de una app para finales de este año.

La empresa importa modelos prospectivos del comportamiento de los mercados de valores que ya se habían hecho habituales en Wall Street y que han comenzado a expandirse entre los inversores particulares, sobre todo en Estados Unidos.