En España ya hay más ocupados que en el verano previo al coronavirus. La recuperación del empleo ha cogido volada desde la finalización del estado de alarma, la quinta ola está siendo compatible con la reactivación de varios sectores tocados por la pandemia y todo ello se ha traducido en un julio de cifras récord. En este verano de olimpiadas, el símil sería que julio se ha llevado la plata en creación de empleo y el oro en descenso del paro. El mercado laboral está compitiendo bien estos meses de calor pese a la quinta ola, aunque habrá que ver si aguanta el ritmo en esta carrera de largo recorrido que ahora encara el cierre del verano y la entrada del otoño; meses históricamente flojos para la ocupación.

En este julio récord, el mercado laboral ha vuelto, no obstante, a los "carriles habituales"; según se ha referido el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey. La hostelería, ya sin la mayoría de las restricciones que la han lastrado durante el último año y medio, tiró del empleo. Uno de cada dos empleos creados se localiza en restaurantes, bares, chiringuitos, tascas o similares. El comercio también tuvo tirón, así como las actividades sanitarias, cuyas manos han sido necesarias ante la escalada de contagios.

Temporalidad otra vez al alza

Y es que el grueso de esa recuperación del empleo se cimienta sobre la temporalidad. "Buena parte de esa reducción del desempleo se basa en la elaboración de contratos temporales", ha reconocido Pérez Rey. Como muestra, las cifras de altas y bajas a la Seguridad Social el primer y el último día de mes: el 1 de julio se dieron de alta 350.888 personas y de baja 155.532; mientras el último día se dieron de alta 52.610 personas y de baja 147.527.

Julio ha creado empleo y ha reactivado empleo 'dormido'. Las empresas han continuando desafectando a trabajadores de los ertes y actualmente el saldo está en 331.486 personas; unos 100.000 menos que hace un mes. Una cifra "residual", según se ha referido el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo; en tanto que representan menos del 10% del máximo de trabajadores en erte alcanzado en el pico del primer confinamiento. "El mecanismo de los erte ha permitido que una crisis que en el aspecto sanitario iba a tener un termino más o menos predecible se ha conseguido evitar que se prolongue indefinidamente en el tiempo", ha afirmado Arroyo.

Incierto otoño

¿Mantendrá el mercado laboral español estos ritmos récord durante los próximos meses? "Lo lógico es volver a los factores estacionales que marcan las pautas de descenso y crecimiento del paro registrado; así ocurrirá. Pero confiamos que la reactivación siga dando sus frutos, incluso dentro de ese contexto estacional en el que nos empezaremos a mover a partir de los datos de agosto", ha apuntado el secretario de Estado de Empleo. 

Es decir, si el mercado laboral fuera un corredor, en el mes de julio ha superado un puerto de montaña y encara ahora una etapa de descenso. Los datos de agosto suelen ser malos para la ocupación, con la finalización en tromba de todos esos contratos rubricados para cubrir la campaña de verano. A esta más que probable certidumbre se añaden otras, como la posible incidencia de futuras olas de contagios o el impacto positivo del despliegue de los fondos europeos, que hasta ahora han ido con retraso.

Barcelona apenas crece, el resto despegan

La variable turismo impregna el mapa de los datos de ocupación por territorios. Catalunya ha anotado este julio buenos registros, con un crecimiento por encima de la media y la mejor nota en términos absolutos. No obstante, estos huyen de la ciudad de Barcelona y se concentran en el resto de provincias catalanas, especialmente en Girona Tarragona. De los 30.540 empleos ganados en Cataluña respecto a junio, sobre una población ocupada de 3,5 millones; solo 2.422 se ubican en la provincia barcelonesa.

En el resto de comunidades autónomas, los 'números verdes' han sido generalizados pero no unánimes, con la Comunidad de Madrid jugando el peor papel y perdiendo 9.530 afiliados a la Seguridad Social respecto a junio; hasta 3,2 millones de ocupados. País Vasco, Rioja, Murcia o Andalucía también perdieron empleo.