El déficit del conjunto de las administraciones públicas, excluida la ayuda financiera, se situó en 21.910 millones de euros hasta abril, lo que supone restar 6.676 millones a la cifra registrada un año antes, un 23,4% menos, como consecuencia del impacto de la pandemia, por lo que desciende al 1,81% del PIB, según los datos facilitados por el Ministerio de Hacienda.

En lo que respecta al déficit del Estado hasta el mes de mayo, el dato se sitúa en el 2,53% del PIB, frente al 2,91% existente hasta mayo de 2020, y desciende un 6,3% respecto al mismo periodo del año anterior.

"La evolución hasta mayo muestra que el déficit del Estado continua la senda descendente iniciada a partir del mes de abril respecto al mismo periodo del año anterior, como consecuencia de la reactivación económica por el avance del proceso de vacunación", ha explicado el Ministerio que dirige María Jesús Montero a través de un comunicado.

En cuanto al déficit público hasta abril, el de la Administración Central se situó en 16.690 millones, el 1,38% del PIB, y el déficit del Estado en abril, en términos de PIB, equivale al 1,33%, alcanzando la cifra de 16.058 millones.

Por su parte, los organismos de la Administración Central registraron a finales del mes de abril un déficit de 632 millones, frente al déficit de 245 millones de marzo de 2020, lo que supone aumento del 158% interanual, más de seis veces más de lo registrado un año antes.

2.509 millones de costes de las CCA asociadas al COVID

La Administración regional registró un déficit en abril de 3.161 millones de euros, lo que equivale al 0,26% del PIB. Este resultado obedece a un incremento de los gastos del 4%, frente a los ingresos, que prácticamente se mantienen estables.

De acuerdo con la información transmitida por las comunidades autónomas a Hacienda, 3.509 millones corresponden hasta abril a gasto socio-sanitario derivado de la Covid-19.

En cuanto a los fondos de la Seguridad Social hasta marzo, registraron un déficit de 2.059 millones, lo que supone un 0,17% en términos de PIB, y una caída del 73,9% respecto al mismo periodo de 2020.

Este mejor comportamiento, explica Hacienda, es consecuencia de un incremento de los ingresos del 7,7% (destacando el buen comportamiento de las cotizaciones) frente al descenso de los gastos del 2,1%.

Incremento de la recaudación del Estado

En lo referente a los datos del déficit del Estado hasta mayo, registró un saldo negativo equivalente al 2,53% del PIB, frente al 2,91% registrado en los cinco primeros meses de 2020.

Este resultado se debe a un incremento de los ingresos no financieros del 11,1%, frente al menor incremento de los gastos que crecen un 5,1%.

En concreto, los recursos no financieros ascendieron a 69.464 millones, creciendo los ingresos fiscales un 16,8% respecto a mayo de 2020, hasta los 58.442 millones.

Alzas de dos dígitos en impuestos

Los impuestos sobre la producción y las importaciones aumentaron un 10,5%, de los cuales los ingresos por IVA crecieron un 13,5%, mientras que los impuestos corrientes sobre la renta y el patrimonio mejoraron un 21,8%, debido al IRPF, que creció un 28%, y al incremento del Impuesto sobre Sociedades, que se elevó un 43,4%.

Por su parte, los impuestos sobre el capital se dispararon un 144,4% respecto al mismo periodo del año anterior, y los ingresos de las cotizaciones sociales descienden ligeramente un 0,4%, manteniendo prácticamente los niveles del año anterior.

Aumento del gasto del 5,1%

De su lado, hasta mayo, los gastos no financieros del Estado se situaron en 100.092 millones, cifra superior en un 5,1% a la registrada en 2020. Este aumento se debe fundamentalmente a las transferencias corrientes entre administraciones públicas, que ascendieron a finales de mayo a 62.002 millones, un 10,5% más que en 2020 y, principalmente, a las destinadas a los Fondos de la Seguridad Social, que han pasado a 11.677 millones hasta mayo de 2021, 3.736 millones más.

El importe de los gastos del Estado relacionados con la pandemia ha sido de 5.074 millones, de los que 4.765 millones fueron transferencias a las comunidades autónomas y 308 millones es el gasto en los consumos intermedios, parte del cual corresponde a las vacunas.

 

Déficit de la Seguridad Social

Por su parte, el déficit de la Seguridad Social se sitúo en 1.142,32 millones de euros en mayo, lo que muestra una reducción del 58,4% respecto a los 2.749,83 millones contabilizados en el mismo periodo de 2020, según los datos facilitados este miércoles por el Ministerio de Seguridad Social.

El déficit registrado en los cinco primeros meses del año, que equivale a un 0,09% del PIB, es la diferencia entre unos derechos reconocidos (ingresos) de 65.254,38 millones, un 8,47% en el mismo periodo de 2020, y unas obligaciones reconocidas (gastos) de 66.396,7 millones, que crecen en un 5,55% interanual.

Al detalle de los ingresos, las cotizaciones sociales sumaron 53.278,04 millones, lo que supone un incremento del 6,16% respecto al mismo periodo de 2020.

El ministerio señala que la Seguridad Social continúa reflejando en sus cuentas el impacto de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia con un incremento interanual de los ingresos por cotizaciones de los empleados del 6,28% y de los desempleados del 4,64%.

No obstante, ha cifrado que hasta el 31 de mayo la Seguridad Social ha dejado de ingresar 884,15 millones de euros menos por las exoneraciones en las cotizaciones sociales de los trabajadores en Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), así como por la de los autónomos perceptores de prestaciones extraordinarias.

Las cuentas de la Seguridad Social reflejan también las transferencias recibidas por un total de 11.537,9 millones, entre las que destaca la partida de 9.799,57 millones del Estado y Organismos Autónomos, una cifra que ha aumentado un 23%.

Este incremento ha estado fundamentado, principalmente, en los 1.257,05 millones transferidos por el Estado para financiar el ingreso mínimo vital (IMV) que en el ejercicio anterior aún no se habían recibido.

En cuanto a las obligaciones o gastos, las prestaciones económicas a familias e instituciones alcanzaron los 62.181,45 millones, un 4,96% más que en el mismo periodo de 2020.

La mayor partida, 57.312,6 millones, corresponde a pensiones y prestaciones contributivas, con un aumento de un 4,25%.

Respecto a los subsidios de incapacidad temporal, el gasto total aumentó un 27,95% respecto al mismo periodo del año anterior, hasta alcanzar los 5.252,04 millones en un contexto de la pandemia sanitaria.

Y las prestaciones en concepto de nacimiento y cuidado de menor se elevaron hasta los 1.304,05 millones, con un incremento interanual del 10,88% tras ampliarse a 16 semanas el permiso para el segundo progenitor.