Unas 150 organizaciones y personalidades han enviado una carta a los líderes de las principales instituciones de la Unión Europea (UE), como el Consejo y la Comisión, en la que piden que el club comunitario no vuelva a las políticas de austeridad tras la pandemia del coronavirus.

Entre los signatarios figuran el filántropo George Soros, la Confederación Europea de Sindicatos (ETUC), el exministro francés Nicolas Hulot, la ONG Finance Watch o los secretarios generales de los sindicatos españoles Comisiones Obreras, Unai Sordo, y de UGT, Pepe Álvarez.

"Una vuelta a la normalidad, la reactivación de las políticas de austeridad del pasado, simplemente no es una opción. Debemos reconstruir mejor, de forma que todos los Estados miembros sean más fuertes al salir de la crisis del covid de lo que eran al entrar", señalan.

Más allá del fondo de recuperación, durante la pandemia la UE ha suspendido las normas sobre control del déficit y deuda públicos de los países y también ha flexibilizado las normas sobre ayudas de Estado para permitir a los Gobiernos apoyar a sus empresas.

"Este año se presenta ante nosotros como una oportunidad única para hacer las cosas de manera diferente y comenzar un nuevo capítulo en la formulación de políticas europeas", afirman.

Los firmantes manifiestan su "profunda preocupación" porque las actuales reglas fiscales, en vigor antes de la pandemia, "dan prioridad a la reducción de la deuda y a presupuestos equilibrados sobre resultados humanos, económicos y medioambientales mucho más importantes, como crear empleos verdes bien pagados, reducir la desigualdad, sacar a millones de personas de la pobreza e implementar proyectos de infraestructura verdes muy necesarios".

"Necesitamos de forma desesperada una revisión completa del enfoque actual de la política fiscal para remodelar nuestras economías y abordar los desafíos sin precedentes a los que se enfrenta la UE", indican.

Aprender las lecciones de la crisis de 2008

Así, instan a "aprender lecciones" de los anteriores "fracasos políticos" y subrayan que el marco fiscal de la UE "transformó el 'shock' financiero global de 2008 en una crisis económica autogenerada y una recesión innecesariamente prolongada" y también contribuyó a "avivar las llamas del populismo".

"Es vital que el antiguo marco fiscal no se aplique de nuevo antes de que se acuerden una nueva gobernanza económica y principios flexibles para coordinar las políticas fiscales dentro de la Unión", aseguran.

"La política fiscal debería ser un facilitador, no la cadena que frena a las economías. Nuestro marco fiscal debe estar alineado, no reñido, con los objetivos declarados de pleno empleo y protección del medio ambiente establecidos en el Tratado de la Unión Europea", agregan.

Resaltan que un presupuesto comunitario aumentado, como el que acordó la UE el año pasado para incluir el fondo de recuperación, "no será suficiente para lograr esos objetivos" y llaman a fortalecer la política fiscal nacional.

En cualquier caso, reconocen que las reformas que piden "no serán simples ni se completarán de la noche a la mañana", pero plantean una serie de principios para llevarlas a cabo.

Piden que los Estados miembros estén "habilitados e incentivados desde el punto de vista fiscal para alcanzar de manera flexible los objetivos de pleno empleo con trabajos decentes y una transición verde socialmente justa, asegurándose de que nadie se quede atrás".

Igualmente, plantean un presupuesto comunitario "considerable y permanente" y una capacidad de endeudamiento para promover inversiones que apoyen el Pacto Verde y una transición socialmente justa.

También defienden posibilitar "una interacción coordinada de la política fiscal y monetaria" en la que los Gobiernos asuman un papel principal en la macroestabilización.

Además de a los presidentes de la Comisión, Consejo Europeo y Eurogrupo, el escrito también se dirige a los embajadores ante la UE de los Estados miembros.