El banquero Francisco Luzón (1 de enero de 1948, El Cañavate, Cuenca), símbolo de la lucha contra la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), ha fallecido este miércoles en Madrid a los 73 años de edad. El ejecutivo fue uno de los directivos bancarios más destacados de las últimas décadas. Poco después de su salida del Santander en 2013, se le detectó la enfermedad y creó la Fundación Luzón Unidos contra la ELA para mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias mediante la atención socio-asistencial y el impulso de la investigación.

Luzón inició su carrera en el Banco de Vizcaya, donde llegó a alcanzar puestos de relevancia. Tras la fusión de esta entidad con el Banco de Bilbao, dio el salto a la entonces banca estatal, cuyo reflotamiento, fusión en Argentaria y posterior privatización contribuyó a facilitar. Emilio Botín, presidente del Santander, le fichó entonces para su grupo, en el que ocupó puestos de relevancia en la primera línea directiva y pilotó la crucial y exitosa expansión por latinoamérica.

En enero de 2012 se anunció por sorpresa su salida del banco con una pensión de unos 65 millones de euros. Fuentes de la entidad explicaron por entonces que el ejecutivo había maniobrado para sustituir al consejero delegado, Alfredo Sáenz, o incluso al propio Botín y que a este no le habían gustado sus movimientos. Otras fuentes aseguraron, en cambio, que Luzón llevaba tiempo dando pistas de sus planes («El viaje es la recompensa», había comentado meses antes en un acto público) y apuntaron que quiere dedicar más tiempo a su vida personal, ya que se había casado hacía apenas dos años.

Diez meses después de su jubilación, le diagnosticaron la ELA. "Lejos de rendirme, emprendí el mayor reto transformador de mi vida: crear una Fundación que ayude a encontrar una cura a esta terrible enfermedad, uniendo a todos los agentes que deben estar implicados en la misma. Y, para ello, me dejé guiar por los dos valores que me han acompañado durante toda la vida: solidaridad y transparencia. Solidaridad, porque mi objetivo final es que la sociedad conozca que la más hermosa recompensa de la vida es el viaje, no la estación final. Y transparencia porque solo la verdad conduce a la verdad", explicó.