Tal y como avanzó ayer EL PERIÓDICO, la planta de Seat en Martorell deberá ralentizar su ritmo de producción para poder capear la escasez de suministro de semiconductores. Los efectos de la pandemia, la acumulación de stocks en la industria de la electrónica de consumo y la recuperación del mercado en China, han provocado la rotura de la cadena de distribución de componentes electrónicos como los microchips a nivel mundial. El sector del autómovil será uno de los más afectados durante el primer trimestre de 2021. Es la tercera ola que sufre el sector por culpa de la pandemia. La primera fue antes del confinamiento con el parón de suministros desde China, durante el confinamiento la planta se detuvo por completo, y ahora vuelve a sufrir los efectos de lo que sucede en Asia.

Tras analizar durante la última semana la situación en el Grupo Volkswagen, la dirección de Seat y los representantes sindicales se reunieron hoy para negociar la implementación de medidas de flexibilidad laboral para reorganizar la producción en la planta de Martorell. La necesidad de impactar lo menos posible en la plantilla y ofrecer el mejor renidmiento para atender la demanda, la fábrica española modificará sus ritmos productivos. Por ello se aplicará un erte a la vuelta de las vacaciones de Navidad, a partir del 25 de enero, y se alargará la medida hasta el mes de abril. Los especialistas consideran que la escasez podrá revertirse tras el primer trimestre del año, aunque la recuperación de la cadena de suministro no se producirá hasta el verano.

Más Ibizas, menos Leones

La empresa española cambiará de paso para adaptarse a la situacion. La Línea 2 (en la que se fabrica el León y el Formentor) reducirá el ritmo de producción de tres a dos turnos, mientras que la Línea 1 (la del Ibiza y el Arona) lo incrementará a tres turnos, a pleno rendimiento. A partir del segundo cuatrimestre esperan recuperar el volumen diario en la línea de León y Formentor (modelos estrella del año) dada la demanda que se espera de estos dos nuevos modelos.

El hecho de que la línea del León sea la más afectada se debe a que el nuevo modelo (del que también deriva el Cupra Formentor) se ensambla sobre la plataforma modular del grupo Volkswagen MQB-A, la que más sufre el desabastecimiento de microchips. Se trata de una evolución de la anterior y difiere en varios elementos de tecnología y software de la del Ibiza y Arona (MQB-A0).

Trabajo en equipo

Las compañía también aplicará medidas de flexibilidad en los centros de Barcelona y de Componentes. La buena sintonía entre sindicatos y dirección ha hecho posible el inicio de estas negociaciones. En un comunicado conjunto emitido por la empresa, el presidente del Comité Intercentros y secretario general de UGT en Seat, Matías Carnero, señala que "la COVID-19 nos obliga a tomar una vez más una decisión imprevista. Ahora tenemos que ajustar la producción, intentando minimizar al máximo los efectos negativos para la plantilla, con el objetivo de incrementarla a partir del segundo cuatrimestre. La recuperación del volumen que se pierda puede generar más necesidad de mano de obra en los próximos meses. La empresa espera recuperar esos niveles productivos a lo largo de 2021.

Desde el sindicato CC.OO. su secetario general en Seat, Rafael Guerrero, ha apuntado que: "hay que poner en valor la capacidad de afrontar colectivamente esta situación sobrevenida con el objetivo de salvaguardar el empleo, negociando para ello un erte. Ese mismo compromiso colectivo nos tiene que llevar a afrontar el proceso de transformación tecnológica en el sector del automóvil, para pasar a ser una empresa líder en el sector de la movilidad sostenible.

En esta misma línea se manifiesta el vicepresidente de recursos humanos de la compañía, Xavier Ros, que ha intentado explicar la situación. "La restricción del suministro de semiconductores exige flexibilizar los planes de producción. Somos optimistas respecto a las perspectivas para el conjunto de 2021, que son positivas por la alta demanda de los modelos fabricados en la planta de Martorell. Agradezco a los representantes sindicales su flexibilidad para adaptar el plan de producción.

Se espera que otras plantas del Grupo Volkswagen y de otras compañías del sector deban tomar medidas similares.