A lo largo de la vida de una persona se suceden distintas etapas, cada una de ellas con sus metas y con sus necesidades. No requiere lo mismo alguien que se independiza por primera vez que ese mismo individuo, años más tarde, cuando contrata su primera hipoteca o tiene un hijo. Como tampoco tendrá los mismos objetivos al acercarse en su madurez a la edad de jubilación o cuando, tras abandonar su vida laboral, entre en ella. En el caso del ahorro ocurre algo similar, ya que en cada momento se dispone de unas capacidades de ahorro diferentes, debido tanto a los ingresos periódicos que se generan como a los gastos que hay que atender.

La industria de la inversión se adapta a la edad de cada persona gracias al amplio abanico de productos financieros que se comercializan en la actualidad, y entre los que destacan los planes de pensiones, por su vocación de servir de complemento, en el futuro, a los ingresos de la jubilación.

Importantes ventajas

Existen muchas variantes de planes de pensiones, pero cabe destacar aquellos que se conocen como planes dinámicos o de ciclo de vida que, especialmente en los últimos años, han ganado una gran popularidad debido a que son capaces de adaptar de manera automática su binomio entre rentabilidad y riesgo para combinarse con la edad de sus partícipes y sus características particulares.

En realidad, se trata de una gama de instrumentos financieros diseñada para colocar el capital en distintas inversiones, de acuerdo a la fecha estimada de jubilación que se tiene prevista. Tal y como afirma Esther Pichardo, directora de Ahorro y Pensiones de BanSabadell Vida y Pensiones, "los productos de ciclo de vida permiten una gestión adaptada al plazo que le queda a cada cliente para cobrar el plan, adaptando automáticamente las inversiones con el transcurso de los años y reduciendo el riesgo cuando se está cerca de cobrar el plan".

De este modo, una persona que apueste por ellos mantendrá los dos beneficios principales que tienen los planes de pensiones. Por un lado, ir ahorrando de manera periódica con vistas a, en el futuro, disponer de una jubilación tranquila y sin sobresaltos. Por otro lado, se disfrutan de las mismas ventajas que, en la actualidad, tienen los planes de pensiones en España, como, por ejemplo, que el dinero que se aporte a uno de ellos a lo largo del año se descuenta de la base imponible del IRPF.

Junto a estas ventajas, los planes de ciclo de vida suman otra más, como es que los partícipes dejan su dinero en manos de especialistas financieros con experiencia que, además de adaptar las inversiones a las características propias de la edad de cada ahorrador, analizan el entorno económico del mercado en todo momento, de cara a que se mantenga o, incluso, se incremente la rentabilidad. Tal y como señala Esther Pichardo, "uno de los principales beneficios de los productos de ciclo de vida es que invierten diferente en función de la edad y adaptan la estrategia de inversión a medida que se cumplen años".

Estos planes se configuran por lo tanto a partir de dos variables: la fecha estimada de jubilación y el perfil de riesgo. Tal y como analiza Esther Pichardo, a medida que se aproxima el día de abandonar la vida laboral, pensando en el corto plazo, el peso de la renta variable disminuye, ajustando los porcentajes y la duración de la renta fija de acuerdo al perfil del partícipe. "Los planes de pensiones, que son un producto con un horizonte temporal a largo plazo, deberían invertir así para aprovechar las oportunidades de los mercados cuando aún falta tiempo para cobrar, y reduciendo el riesgo y la volatilidad cuando se acerca el momento de cobrar el plan", añade.