La pandemia ha demostrado la importancia de la digitalización. Aquellas compañías basadas en la digitalización o las que han invertido durante los últimos años para automatizar y digitalizar sus procesos han capeado mejor la crisis del coronavirus. Las autoescuelas digitales, surgidas durante los últimos años, son un claro ejemplo de ello. Nombres como Onroad o Dribo quizá no suenen a la mayoría, pero el covid-19 y el confinamiento han demostrado su viabilidad y consolidado su apuesta.

Paradójicamente, el sector de las autoescuelas digitales es aún muy joven. Pese a lo aparentemente sencillo que parece digitalizar parte del proceso de obtención del carné de conducir, sobre todo en el apartado de la formación teórica, la cuota de mercado de este tipo de autoescuelas es apenas del 10% en España. Miguel González, consejero delegado de la autoescuela digital Onroad, explica que "han faltado esfuerzos y ha habido bloqueos a la digitalización como palanca para mejorar la experiencia del usuario y para que sacarse el carné sea más barato".

González, que también ejerce de portavoz de la Plataforma de Autoescuelas Digitales (PAD), lleva dos años impulsando el modelo de autoescuela digital, pero admite que "tenemos muchas trabas". En ese sentido, el CEO de Onroad insta a la DGT a que flexibilice la normativa. "Todo son trabas administrativas desde un punto de vista jurídico, la normativa esta hecha para el modelo tradicional". No obstante, no tiene ninguna duda de que las autoescuelas digitales son el futuro. "El mercado irá creciendo, la DGT debe evolucionar y debe abrir su regulación a otros modelos de negocio para mejorar la experiencia de los alumnos y su formación", acaba.

El covid-19 impulsa a las autoescuelas digitales

El covid-19 impulsa a las autoescuelas digitales"Hemos tenido un 'boom' durante la pandemia", confiesa González, que confirma que el alumno ya ha cambiado su mentalidad. "La gente se quedaba en casa y los estudiantes tenían demasiado tiempo y pocas alternativas. El medio digital es el único que había y el alumno no tiene problema en digitalizar este proceso", añade. "Se ha acelerado el cambio y a partir de ahora vamos a tener que justificar muy bien que alguien tenga que moverse de casa para hacer cosas. A la autoescuela, a lo mejor, no se tenía que ir", concluye.

Coche de prácticas de la autoescuela digital Onroad. / ONROAD

Además, según explica el directivo de la autoescuela digital, sacarse el carné en Onroad reduce a la mitad el coste total. Según una encuesta realizada por la misma compañía, el precio es el principal obstáculo a la hora de sacarse el carné. "Para más de la mitad de los encuestados es demasiado caro y no lo es por necesidad, sino por gestión, por hacer más horas de práctica que las que se deberían", no duda en asegurar González. "Además, el 76% considera que habría sido más barato sin el intermediario de la autoescuela física", concreta. Según las cifras de la encuesta, el 58% de los participantes cree que la autoescuelas no son transparentes con los costes de la obtención del carné de conducir y el 30% admite haber tenido que pagar en metálico aunque lo hubieran preferido hacer vía telemática.

La necesidad de sacarse el carné

González sostiene que las crisis sufridas durante los últimos años y el elevado precio de sacarse el carné (1.200 euros de media), así como las nuevas alternativas a la movilidad en coche, han provocado que la cifra de jóvenes que optan a conseguir la licencia se reduzca. "En 2009 se sacaban el carné un millón de personas, ahora 400.000", confirma. Según el directivo de Onroad, "sacarnos el carné nos convierte en actores responsables con la movilidad porque movernos, nos vamos a seguir moviendo". "Que la gente no se lo saque y apueste por, por ejemplo, por el patinete me parece una mala opción porque coger un patinete con 16 años sin pasar por la autoescuela no es seguro", lamenta.

Coches para clases prácticas. / Agencias

"La alternativa no puede ser no sacarse el carné", reivindica González, que vislumbra un futuro de cooperación entre las autoescuelas digitales y las convencionales. "Esto no es como la lucha entre Cabify y los taxis. Nosotros trabajamos con profesores de autoescuela. Queremos que la formación vial sea relevante y que la gente se la tome en serio", añade.