El Grupo CaixaBank obtuvo en los nueve primeros meses del año un beneficio atribuido de 726 millones de euros, un 42,6% menos respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, después de realizar, durante estos nueve primeros meses, una provisión extraordinaria de 1.161 millones de euros y anticiparse así a impactos futuros por los efectos económicos de la covid-19. Esta provisión se ha mantenido prácticamente estable en el tercer trimestre (1.155 millones de euros a cierre de junio) al haberse aplicado la misma metodología que en el cierre del trimestre anterior y mantenido la misma ponderación de escenarios macroeconómicos actualizados.

En la evolución interanual también incide el registro de 109 millones asociados a prejubilaciones en el primer trimestre de 2020. Asimismo, los resultados del 2019 estuvieron marcados por el impacto del acuerdo laboral (978 millones de euros). Estos resultados no incluyen el registro de la plusvalía por la venta del 29% de Comercia que asciende a 420 millones de euros al haberse formalizado al principio del cuarto trimestre de 2020.

La entidad destaca que, a pesar de la dificultad asociada al contexto económico actual, los ingresos 'core' se mantienen prácticamente estables en el año y se sitúan en los 6.158 millones de euros (-0,7%), El margen de intereses asciende a 3.647 millones, -2,0% respecto al mismo periodo de 2019, básicamente, por el descenso de los ingresos de los préstamos por una disminución del tipo de interés aplicado, vinculado en parte al incremento de la concesión de créditos ICO, a la reducción de los ingresos procedentes del crédito al consumo y al descenso de la curva de tipos. Esto ha sido parcialmente compensado por un incremento del volumen.

Comisiones estables

Los ingresos por comisiones se mantienen estables respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, situándose en 1.905 millones. La disminución de la actividad económica y el impacto de los mercados han influido en la evolución respecto al mismo trimestre del año anterior (-2,7%), si bien muestran una evolución positiva respecto al segundo trimestre de 2020 (+4,9%).

Los ingresos derivados de la actividad de seguros de vida riesgo se sitúan en 441 millones de euros, con un sólido crecimiento del 8,5 % respecto al mismo periodo de 2019 y del 6% en relación con el trimestre anterior (+4,7% respecto al mismo trimestre del ejercicio anterior).

En la evolución del margen bruto (-5,3%) influye, esencialmente, la reducción del resultado de operaciones financieras y el resultado de participadas. El resultado de operaciones financieras se sitúa en 182 millones de euros (-36,3%). Su evolución viene marcada, en parte, por la mayor materialización de plusvalías en activos de renta fija en el ejercicio anterior.

Efecto de las participadas

Respecto a los ingresos de la cartera de participadas, los ingresos por dividendos incluyen, en el segundo trimestre, el dividendo de Telefónica y el de BFA, por 50 y 40 millones de euros, respectivamente (104 millones y 46 millones en el 2019). Los resultados de entidades participadas disminuyen un -36,4% por el registro de menores resultados atribuidos en el marco del actual entorno económico.

Los gastos de administración y amortización recurrentes se reducen un 3,1% tras la gestión de la base de costes. Los gastos de personal decrecen un 4,6%, materializando ahorros asociados al acuerdo laboral de 2019 y las prejubilaciones del 2020, que compensan, entre otros, el incremento vegetativo. Los gastos generales también disminuyen un 1,7% en el año.

Mayor volumen de negocio

El volumen de negocio (créditos más recursos) de los primeros nueve meses del año asciende a los 646.299 millones de euros, la cifra más alta desde la creación de CaixaBank. El crédito a la clientela bruto alcanza los 241.877 millones de euros con un crecimiento del +6,4% en el año, como consecuencia esencialmente del aumento del crédito a empresas (17,6%).

Los recursos de clientes ascienden a 404.422 millones de euros a 30 de septiembre de 2020 (+5,2% en el año y +0,9% en el trimestre), impulsados por el fuerte crecimiento de los depósitos a la vista (+12,6% y +2,0% en el año y en el trimestre, respectivamente), en un contexto en el que las familias y las empresas han gestionado sus necesidades de liquidez.