El Pleno del Congreso examina el jueves la nueva senda de estabilidad presupuestaria, acuerdo del Gobierno que se publica junto al límite de gasto, conocido comúnmente como techo de gasto, y que precede a la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado. Será la tercera vez que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, defienda una senda de estabilidad, y la primera con posibilidades de salir adelante sin el concurso del PP. Y es que dos veces ha defendido Montero la actualización aprobada por su predecesor Cristóbal Montoro: la primera, en julio de 2018 fracasó por falta de apoyos en el Congreso, y la segunda, antes de presentar sus Presupuestos de 2019 (también fallidos), decayó en el Senado por la mayoría absoluta popular, habiendo, eso sí, superado la votación en la Cámara Baja.

En esta ocasión, el PSOE tiene asegurado los votos de Unidas Podemos pero, al no contar con PP, Vox y Ciudadanos, contrarios al mayor margen de déficit que ofrece el Ejecutivo, el Gobierno debe buscar la complicidad de los nacionalistas del PNV, de la coalición de Más País y Compromís, y también de independentistas.

La senda de estabilidad aprobada por el Gobierno el pasado 11 de febrero, el Ejecutivo flexibilizó los objetivos de déficit, y elevó el margen de desfase de las cuentas públicas hasta el 1,8% del PIB en el 2018, del 1,5% en el 2021, del 1,2% del 2020 y del 0,9% en el 2023.