La economía de la Ciudad del Vaticano, uno de los estados más enigmáticos y pequeños en el mundo, no tiene buena prensa. No han sido raros en las últimas décadas los episodios que le dieron más de un disgusto a los papas que se han ido sucediendo. Y, sin embargo, hay un apartado en el que se han apuntado un tanto: las exportaciones. Los datos de Eurostat lo evidencian. El Vaticano exporta a países europeos mucho más de lo que importa.

En concreto, en el año 2018, el último registrado por Eurostat, el Vaticano vendió bienes por valor de 39,6 millones de euros y compró productos por unos dos millones de euros. Una cifra bastante modesta para cualquier país común, pero significativa para un Estado que tiene el tamaño de 44 hectáreas y que es gobernado por una monarquía absolutista elegida por sufragio cuyo jefe es también el líder del catolicismo. La tendencia fue similar durante los últimos cinco años.

La economía del Vaticano tiene varias fuentes de ingresos: el sector turístico, que le aporta caudales, y las llamadas «bendiciones papales» en pergamino y lo recaudado por sus comercios, estaciones de gasolina, farmacias y su supermercado de lujo. «No hay que olvidar que la del Vaticano es la única economía del mundo completamente estatal. La economía privada no existe. Esto es un hecho», afirma Carlo Marroni, periodista del diario económico Il Sole 24 Ore. «El Vaticano no tiene industrias y sus ciudadanos no pagan impuestos directos.

De ahí tal vez que, por tipo de mercancías, haya un poco de todo en las importaciones vaticanas. Por ejemplo, en el 2018, la Ciudad del Vaticano le compró a Italia 25.500 kilos de productos incluidos en el apartado celulosa y papel reciclado, por un valor de 1.743 euros; a Francia, bienes por unos 146.000 euros en objetos de arte o colección y antigüedades, y a Alemania, un total de 1,2 millones de euros en manufacturas de piedras o metales precios, monedas o bisutería.

Y particularmente halagüeña parece la lista de países que han logrado venderles sus productos. Se trata, en orden de relevancia económica, de Alemania, Francia, Italia y Austria.

En términos de exportaciones, en cambio, cuatro son los destinos preferentes de las mercancías vaticanas: Italia, Alemania, los Países Bajos y Reino Unido. También en lo relativo a las exportaciones a la UE hay alguna venta curiosa. Destacan, por ejemplo, 11.107,3 toneladas de «minerales» vendidos a Italia, por un total de 27,9 millones de euros.